TESTIMONIOS
¿Por qué Jesús dijo que daba la vida voluntariamente?
Yo soy el Buen Pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas.
Yo soy el Buen Pastor, porque conozco a mis ovejas y ellas me conocen a mí, así como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre. Yo doy la vida por mis ovejas.
Al dirigir hoy, primer día de mayo, un saludo cordialísimo a todos vosotros, (...), mi pensamiento va con todo afecto especialmente a los trabajadores presentes y, mediante ellos, a todos los trabajadores del mundo, exhortándoles a tomar renovada conciencia de la dignidad que les es propia.
San José Obrero, el carpintero de Nazaret, que con su laboriosidad proveyó la subsistencia de María y de Jesús e inició al Hijo de Dios en los trabajos de los hombres. Por esta razón, en el día de hoy, en que se celebra la fiesta del trabajo en muchas partes del mundo y honran a san José.
En aquel tiempo, Jesús habló así a sus discípulos: «Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el viñador. Todo sarmiento que en mí no da fruto, lo corta, y todo el que da fruto, lo limpia, para que dé más fruto. Vosotros estáis ya limpios gracias a la Palabra que os he anunciado».
Papa, de la Orden de Predicadores, que, elevado a la sede de Pedro, se esforzó con gran piedad y tesón apostólico en poner en práctica los decretos del Concilio de Trento acerca del culto divino, la doctrina cristiana y la disciplina eclesiástica, promoviendo también la propagación de la fe.
«El que no entra por la puerta en el redil de las ovejas, sino que escala por otro lado, ése es un ladrón y un salteador; pero el que entra por la puerta es pastor de las ovejas. A éste le abre el portero, y las ovejas escuchan su voz; y a sus ovejas las llama una por una y las saca fuera».
Catalina de Siena, virgen y doctora de la Iglesia, que habiendo entrado en las Hermanas de la Penitencia de Santo Domingo, deseosa de conocer a Dios en sí misma y a sí misma en Dios, se esforzó en asemejarse a Cristo crucificado y trabajó también enérgica e incansablemente por la paz.
«El espíritu es el que da vida; la carne no sirve para nada. Las palabras que os he dicho son espíritu y son vida. Pero hay entre vosotros algunos que no creen». Porque Jesús sabía desde el principio quiénes eran los que no creían y quién era el que lo iba a entregar.
Durante los siguientes cuatro años, nos convertimos en los mejores amigos. Cuando ya estábamos por terminar la secundaria, Kyle decidió ir a la Universidad de Georgetown y yo a la de Duke. Sabía que siempre seríamos amigos, que la distancia no sería un problema.
Vinimos a la vida física a aprender, a crecer y a evolucionar, para regresar más tarde enriquecidos con la experiencia adquirida. Pero resulta que en el afán de hacer más cómoda y placentera nuestra estadía en la Tierra, nos hemos olvidado de la verdadera finalidad de nuestra presencia aquí.
En tiempos de coronavirus se puede hablar de todo, pero hay ciertos temas que siguen estando vedados, sobre todo en el mundo católico. El principal de ellos tal vez sea el de los castigos y retribuciones de Dios en la historia. La existencia de dicha censura es un buen motivo para afrontar el tema.
San Luis María Grignion de Montfort, presbítero, que evangelizó las regiones occidentales de Francia, anunciando el misterio de la Sabiduría Eterna, y fundó dos congregaciones. Predicó y escribió acerca de la Cruz de Cristo y de la verdadera devoción hacia la Santísima Virgen.
Los judíos se pusieron a discutir entre sí y decían: «¿Cómo puede éste darnos a comer su carne?». Jesús les dijo: «En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre, y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros. El que come mi carne y bebe mi sangre, tiene vida eterna».
De vez en cuando tendrás la necesidad de mirar hacia atrás, pero no es necesario retroceder, es necesario escuchar el silencio, tal vez del silencio escuches algo más profundo de lo que encuentres en la turbulencia, trata de observar a tu alrededor; cada uno tiene un universo diferente.
El caso del talidomide es, en ese sentido, tristemente famoso. Otras veces un genoma dañado, orientado a provocar ciertas enfermedades en la edad adulta, nunca llega a “actuar” (a dañar a la persona), por factores externos o simplemente porque esa persona muere prematuramente.
Su familia era pobre pero muy devota. Su hermana mayor entró en el convento cisterciense y su tío era ermitaño con fama popular de santidad. No tuvo dinero y ni siquiera se sabe su apellido. Sin embargo, logró lo único que es necesario para que la vida sea un verdadero éxito: la santidad.
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Nadie puede venir a mí, si el Padre que me ha enviado no lo atrae; y yo le resucitaré el último día. Está escrito en los profetas: serán todos enseñados por Dios. Todo el que escucha al Padre y aprende, viene a mí».
Hay multimillonarios que gastan la vida en llorar por creerse pobres. Y yo me pregunto si un poco de estrechez no serviría para abrirnos los ojos. Y, la verdad, no me preocuparía que en el mundo que viene tuviéramos que apretarnos un poco el cinto a cambio de que aprendiéramos a estirar el alma.
Los mismos discípulos se quedaron extrañados al oírle expresarse así. Y Jesús, con su conducta habitual, en vez de apaciguar el tono de sus sentencias, lo hace todavía más rotundo: "Sí, hijos, más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja que a un rico entrar en el Reino de Dios".
Jesús dijo a la gente: «Yo soy el pan de la vida. El que venga a mí, no tendrá hambre, y el que crea en mí, no tendrá nunca sed. Pero ya os lo he dicho: Me habéis visto y no creéis. Todo lo que me dé el Padre vendrá a mí, y al que venga a mí no lo echaré fuera; porque he bajado del cielo».