Hace veinte años, miles de africanos morían de sida todos los días mientras las empresas farmacéuticas se quedaban de brazos cruzados, murmurando su conmiseración mientras afirmaban que no podían recortar los precios de sus medicamentos de 15,000 dólares al año para tratar el VIH.
Aunque no siempre lo parece. En las encuestas, una gran mayoría de estadounidenses piensa que la pobreza en el mundo está empeorando o se ha estancado. Además, suelen subestimar, por un amplio margen, los porcentajes de niños que reciben vacunas en los países en vías de desarrollo.
Es poco probable que se produzcan vacunas contra el VIH, el paludismo y la tuberculosis -tres de los principales asesinos de los pobres del mundo- en el futuro cercano a menos que se destine mucho más dinero a encontrarlas, según concluyó un nuevo estudio.
El expresidente de Estados Unidos Bill Clinton advirtió hoy de que el VIH y la tuberculosis son los "mayores asesinos de seres humanos" aunque "los más sanos piensan que la batalla contra el sida ha terminado", lamentó en un discurso en Ámsterdam.
La tuberculosis, una enfermedad que hasta hace poco parecía estar bajo control en Venezuela, está resurgiendo de manera agresiva, en momentos en que el descompuesto sistema de salud no está preparado para esa contingencia, según médicos y especialistas en enfermedades infecciosas.
Hace seis años, más de una decena de hombres armados con AK-47 se abrieron paso a tiros hacia el hogar de Akinbode Oluwafemi en Lagos, Nigeria. Mataron al guardia de su casa y a su cuñado, y durante un momento pusieron el cañón de un arma en la cabeza de uno de sus dos gemelos de un año.
