MENSAJERÍA
La buena nueva no excluye a nadie, no impone condiciones
El Evangelio es para todos. La buena nueva no está hecha para ser conservada en una urna de cristal en el centro de nuestros templos. La buena nueva está para ser anunciada, transmitida, comentada, asimilada y hecha vida. La buena nueva está para ensuciarse en los caminos de barro de la historia.