Desde entonces nada se sabe del submarino a pesar de un gran esfuerzo, que incluso contó con la ayuda de grandes potencias como Estados Unidos, Rusia e Inglaterra, además de la colaboración de otras naciones latinoamericanas.
Enfrentamientos como esos son frecuentes, pero han aumentado después del anuncio del presidente Donald Trump del 6 de diciembre sobre Jerusalén, que provocó indignación en el mundo árabe y musulmán, y preocupación entre los aliados europeos de Washington, así como también en Rusia.
Trece barcos de rescate están operando en una superficie de unas 900 millas náuticas cuadradas para buscar a los desaparecidos y tratar de evitar el que podría convertirse en el peor accidente petrolero del mundo en las últimas décadas.
A su parecer, el presidente Mauricio Macri no está empleando "todos los recursos disponibles", como "prometió", ya que "no debería hacer nada más hasta encontrar al submarino" y "los pocos avisos que quedan solos en el área de búsqueda están muy lejos de cumplir esa promesa".
En un comunicado, la fuerza naval detalló que el operativo continúa con tres buques: dos argentinos, el destructor Sarandí y el aviso Islas Malvinas, este último con el vehículo de control remoto Panther Plus ruso a bordo; y el buque oceanográfico Yantar, también procedente de Rusia.
En la ciudad de Arak, situada en la provincia de Markazí, los manifestantes golpearon a once policías y acuchillaron a otro, que se encuentra hospitalizado en grave estado, dijo el gobernador provincial, Alí Aqazade, citado por la agencia de noticias iraní Tasnim.
Un total de 1.939 personas, 700 de ellas civiles, murieron el pasado mes de diciembre en la guerra en Siria, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que precisó que es la cifra más baja de muertos en un mes en 2017, según sus cálculos.
Las protestas contra el coste de la vida en Irán continúan por quinto día consecutivo y ya se han cobrado la vida de diez personas mientras que otras 300 han sido detenidas a pesar de los llamamientos a la calma del presidente Rohaní, y de que se restringiera la actividad de las redes sociales.
