Editoriales
Sí presidente, pero no abuse
Para que las cosas mejoren se necesita que uno crea que pueden mejorar. Por ello el líder de un país está obligado, incluso en medio de la tragedia, a sostener ante sus ciudadanos la posibilidad de un futuro prometedor o, si se quiere, un futuro, a secas. Percepción es realidad, como bien sabemos.