Las autoridades se niegan a ofrecer los datos formales de las cuentas del país, pero algunas firmas especializadas calculan que, en 2017, el desplome alcanzó cotas de economía de guerra, con una contracción del PIB del 14%. Todo parece indicar que será el mismo escenario de 2018.
El petróleo subió el jueves a sus máximos desde mayo de 2015, respaldado por la agitación en Irán que aumentaba las preocupaciones sobre riesgos al suministro y un nuevo declive en los inventarios en Estados Unidos ante un alza de la actividad de las refinerías a su mayor nivel en 12 años.
Los precios del crudo subían el martes y anotaron su apertura de año más fuerte desde 2014, con el barril cerca de máximos desde mediados de 2015 ante las protestas contra el Gobierno en Irán y los actuales recortes a la producción petrolera impulsados por la OPEP y Rusia.
La producción rusa de petróleo siguió creciendo en 2017, con un bombeo promedio diario en máximos de 30 años de 10,98 millones de barriles por día, aunque la tasa de crecimiento se desaceleró respecto a 2016 debido a la participación del país en un pacto de suministro global liderado por la OPEP.
Moody's Investors Service dijo el martes que prevé que los precios del petróleo se ubiquen en un rango de entre 40 y 60 dólares por barril en 2018, en que los abundantes suministros de gas natural en Estados Unidos presionarían a los valores, pese a un aumento de la demanda.
