MENSAJERÍA
Cuando el fracaso nos abre a Dios
Hemos alcanzado una experiencia de vacío. Ya no podemos engañarnos con una soberbia cegadora. Dejamos campo libre a la acción de Dios, que “tiene necesidad del vacío para llenarlo con su presencia” (Maestro de San Bartolo, Abbi a cuore il Signore, p. 152).