Ecología y Contaminación
Los incendios en la selva amazónica se propagan
Los incendios que queman la selva amazónica lo hacen a una de las mayores velocidades en años, dijo el centro de investigación espacial de Brasil esta semana.
Los incendios que queman la selva amazónica lo hacen a una de las mayores velocidades en años, dijo el centro de investigación espacial de Brasil esta semana.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acusó el miércoles a las organizaciones no gubernamentales (ONG) de provocar incendios en la selva amazónica después de que el gobierno les retiró la financiación, aunque no presentó pruebas.
El aumento llega al 83% frente al mismo período de 2018, dijo la agencia el martes, y el total es el mayor desde que comenzaron los registros en 2013.
Alejado de la política coyuntural chilena —afectada seriamente por una crisis de confianza en las instituciones—, en la vida de Ricardo Lagos Escobar —el primer socialista en llegar a La Moneda tras Salvador Allende— el cambio climático se ha convertido en un asunto prioritario.
De repente, a las tres de la tarde, oscureció en São Paulo. La ciudad, al sureste de Brasil, está a más de 3,000 kilómetros de la Amazonia (norte), pero sintió este lunes durante varias horas el peso de la falta de conciencia que se tiene con los bosques y selvas del país.
Alaska ya no es necesariamente sinónimo de frío. Anchorage, la ciudad más poblada del Estado estadounidense ubicado en el extremo noroeste, registró el 4 de julio 32 grados, una temperatura insólita en esa latitud.
Bolsonaro, un político de la ultraderecha y escéptico del calentamiento global, ha dejado claro que pretende hacer cambios importantes en la política ambiental de Brasil, incluido abrir la selva tropical de la Amazonía _que es fundamental a nivel internacional_ al desarrollo y la agroindustria.
La política mediambiental del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, hace peligrar la continuidad del Fondo Amazonia, el mecanismo de cooperación internacional que más recursos ha aportado para reducir los gases de efecto invernadero por la deforestación.
La sequía en México generada por una reducción de las lluvias por debajo del promedio en varios años, se instaló en niveles que van de moderado a extremo en algunas zonas del país.
La ONU alertó de que el efecto del calentamiento global en las tierras, que están siendo explotadas a niveles “sin precedentes”, significa que pronto no podremos alimentarnos a menos que cambiemos.
La crisis climática ha alcanzado tal dimensión y rapidez –2019 encadena máximos de temperaturas mes a mes mientras se suceden olas de calor y sequías– que ya no basta con fijarse solo en un sector para intentar dejar el calentamiento dentro de unos límites manejables.
Desde India e Irán hasta Botsuana, hay diecisiete naciones en el mundo que ya tienen un estrés hídrico extremadamente alto, lo cual significa que están usando prácticamente toda el agua que tienen disponible, de acuerdo con datos del World Resources Institute que fueron publicados el 5 de agosto.
El presidente Jair Bolsonaro obtuvo finalmente la cabeza del director del Instituto de Investigaciones Espaciales, al que acusó de mentir o dañar la imagen de Brasil por publicar datos preocupantes sobre la deforestación de la selva amazónica.
La deforestación en Brasil ha aumentado un 40 por ciento en los últimos doce meses y las políticas implementadas por el Gobierno de Bolsonaro están destruyendo el Amazonas, según ha denunciado Greenpeace.
No hay "selfies", ni Trending Topics quejándose de las temperaturas. No habrá imágenes de playas ni de gente refrescándose en las fuentes, pero la ola de calor que azotó Europa la semana pasada se ha desplazado a Groenlandia y tendrá consecuencias en todo el planeta Tierra.
Siberia arde y, ante la envergadura de la catástrofe natural, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha tenido que ordenar al ejército que se una a los esfuerzos para apagar los incendios que azotan tres millones de hectáreas en Rusia.
Los nutrientes que se encuentran en las partículas atmosféricas, llamados aerosoles, son transportados por los vientos y depositados en el océano y en la tierra, donde estimulan la productividad del fitoplancton y las plantas terrestres que conducen al 'secuestro' de dióxido de carbono atmosférico.
La destrucción de la selva tropical en la Amazonía brasileña ha aumentado con rapidez en los meses que ha gobernado el presidente de extrema derecha, quien ha reducido los esfuerzos para combatir la tala, minería y explotación ganadera ilegales.
Un hombre que posaba para una fotografía junto a la montaña de espuma de un río contaminado en México fue hallado muerto el viernes, cinco días después de que cayó en el lugar y desapareció.
En la región de la Amazonía, actividades humanas como la producción agrícola, el desarrollo de infraestructura y la explotación forestal producen niveles alarmantes de deforestación.