México reconoce que las instalaciones actuales no son las adecuadas para enfrentar el flujo de migrantes que llega al país por lo que el gobierno estudia reducir las estaciones migratorias, que son centros de detención de facto, y construir albergues.
La muerte de una niña guatemalteca en una estación migratoria de la Ciudad de México evidenció el desdén y negligencia con que actúa el personal a cargo de estos centros de detención en este y otros casos.
Crear un espacio económico para impulsar el desarrollo de Centroamérica, atraer inversiones multimillonarias que traigan empleo y bienestar, atacar las causas que obligan a cientos de miles a emigrar.
Una niña guatemalteca murió un día después de llegar a una estación migratoria de Ciudad de México, luego de un viaje de cientos de kilómetros desde la frontera con Estados Unidos, dijo el jueves el Instituto Nacional de Migración.
Un niño inmigrante guatemalteco de dos años falleció en Estados Unidos tras enfermar mientras estaba bajo custodia de autoridades migratorias de ese país, dijo el miércoles un funcionario de la cancillería de Guatemala.
Estados Unidos planea desplegar cientos de agentes de la Administración de Seguridad en el Transporte para ayudar a las tropas ya apostadas en la frontera con México a lidiar con un flujo migratorio que se espera que aumente con la llegada del buen tiempo, según ha informado este miércoles CNN.
Un grupo armado en Nuevo México atrajo la atención nacional el mes pasado por detener a inmigrantes cerca de la frontera entre Estados Unidos y México, pero no es la primera vez que una milicia armada patrulla la frontera a lo largo de la historia. A continuación una mirada a este fenómeno:
El número de expulsados casi se ha triplicado, de los 5.717 de diciembre de 2018 a los 14.970 de abril, según datos preliminares del Instituto Nacional de Migración (INM), hasta sumar un total de 45.370 personas, la mayoría centroamericanos.
Un llamado a apoyar el desarrollo en Centroamérica fue lanzado por el presidente mexicano, Andrés López Obrador, a su homólogo estadounidense, Donald Trump, para combatir el fenómeno de la migración desde sus causas y no solo atacar sus consecuencias.
rimero, unos gestos amables. Luego, confusión. Luego, cacería. Las promesas del presidente de México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), a los migrantes centroamericanos se esfumaron.
Las fuerzas armadas de Estados Unidos asignadas a la frontera con México necesitan regresar a sus misiones habituales, comentó el secretario interino de Defensa Patrick Shanahan al Congreso, y añadió que quiere saber cuánto tiempo más se necesitarán los elementos castrenses para dicha labor.
Viajaron miles de kilómetros y soportaron condiciones peligrosas, en ocasiones inimaginables, en sus travesías. Huyeron de la violencia doméstica, las pandillas, la oposición política y las leyes que convirtieron sus vidas en una experiencia insoportable.
Los mensajes sobre las redadas y detenciones en México y la incertidumbre ante posibles deportaciones desmotivaban a los centroamericanos, aunque otros intentaban contrarrestar este sentimiento con mensajes que decían que se estaba juntando más gente de la que en realidad había.
El papa Francisco donó 500,000 dólares para ayudar a los migrantes en México, ofreciendo asistencia a proyectos locales que ofrezcan comida, alojamiento y cobertura de necesidades básicas.
Miles de migrantes que huyen de guerras o de la pobreza en Nigeria, Camerún, Bangladesh, Haití y Cuba han atravesado mares, montañas y selvas de Sudamérica hasta llegar a Centroamérica, para luego terminar aquí: la húmeda ciudad mexicana de Tapachula, cerca de la frontera con Guatemala.
El gobierno mexicano decidió usar los instrumentos de la diplomacia para presionar a Estados Unidos a fin de que adopte medidas que permitan agilizar los cruces fronterizos, que desde hace varias semanas registran una marcada lentitud que ha desquiciado el comercio bilateral.
El futuro de las caravanas de migrantes, que transitaron una tras otra a partir de octubre pasado desde Honduras hacia México, se encuentra en duda tras la reciente redada de fuerzas del orden que detuvieron a casi 400 extranjeros en el sureño estado de Chiapas.
A José Vallecillo, un obrero metalúrgico hondureño de 41 años, lo esperaba un trabajo bien pagado soldando contenedores de acero en la ciudad norteña mexicana de Monterrey, en una fábrica donde ya había trabajado y cuyo propietario lo invitó a regresar.
El canciller mexicano, Marcelo Ebrard, señaló hoy que el incidente en la frontera entre México y Estados Unidos al que aludió el presidente Donald Trump y que involucró a soldados de los dos países, pudo deberse a "una confusión sobre los límites territoriales".
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó nuevamente el miércoles con cerrar parte de la frontera sur del país y enviar más “soldados armados” para defenderla si México no bloquea una nueva caravana de inmigrantes.
