MUY OPORTUNO
Recuerdos del paraíso
Resplandecían colores sobre su piel desnuda que no se podía ver porque el cuerpo emitía luminarias coloridas de acuerdo al estado de ánimo que tuviera. Eran luces cromáticas matizadas, suaves, brillantes, refulgentes, maravillosas que ni el traje de un torero puede imitar.