ENTRE LA ESPADA Y LA PARED
El coronavirus es el mismo, los países no
Después de ver el estado de guerra con el que el Estado francés está sometiendo a sus ciudadanos comienzo a preguntarme si el remedio no es peor que la enfermedad.
Después de ver el estado de guerra con el que el Estado francés está sometiendo a sus ciudadanos comienzo a preguntarme si el remedio no es peor que la enfermedad.
Los hospitales privados están repletos de personas que creen tener algún síntoma y los espectáculos cancelados van a titulares de prensa. El coronavirus, pues, como todo lo demás por estos lares, llega contagiado de clasismo en una de las regiones más desiguales del mundo.
El funcionario X –no ha trascendido su nombre– trabaja en el Ayuntamiento de Pekín, donde vive. Pasó el Año Nuevo lunar en su pueblo en la cercana provincia de Hebei. Allí festejó con su familia, brindó, jugó a las cartas y visitó a parientes.
A pesar de contar con herramientas de alta tecnología, el gobierno combate el brote con una movilización que recuerda a las estrategias del expresidente comunista: una severa vigilancia vecinal.
El problema de la violencia en México y el de su crecimiento económico mediocre están relacionados. Son los dos desafíos que Andrés Manuel López Obrador debe considerar prioritarios en su sexenio.
La columna comparaba la historia de Gil White y Oro Negro a un mapa de poder y privilegios, de conflictos de interés y protección que se extendió durante tres gobiernos, a propósito de dos demandas en tribunales de Nueva York por más de 700 millones de dólares.
Había visto las fotos en blanco y negro de niños alemanes que usaban fajos de dinero como bloques de construcción durante la República de Weimar. Había leído sobre el precio exorbitante del pan en Zimbabue y de cómo las personas llevaban su efectivo en carretillas.
Lo que inició como una tímida queja por la aprobación de la Ley Federal de Remuneraciones Salariales, aprobada por la mayoría de los legisladores de Morena-PT-PES en el Congreso, se ha convertido en una de las confrontaciones públicas más importantes e intensas.
Pasear por el Reparto El Carmen de Managua no es fácil. Desde hace décadas este viejo barrio de clase media alberga un vecino incómodo. Daniel Ortega instaló aquí su residencia en una casona de 900 metros cuadrados de construcción, seis habitaciones y dos salones.
La Argentina otra vez en su tormenta. Crecen las olas, el viento ruge, el mar se encrespa y ahora, entre las olas, hay un monstruo, ese que los argentinos nos acostumbramos a pensar como la fuente de todas las desgracias: el Fondo Monetario Internacional (FMI).