CALAMIDADES
Aumentan las masacres en Colombia a pesar del acuerdo de paz
Eran jóvenes veinteañeros en una fiesta luego de meses de cuarentena pandémica. Luego sonaron los disparos y poco después ocho de ellos habían muerto.
Eran jóvenes veinteañeros en una fiesta luego de meses de cuarentena pandémica. Luego sonaron los disparos y poco después ocho de ellos habían muerto.
“Papá, papá, ¿por qué falleció mi mamá?”. La nena de cinco años interrumpe su juego y se cuelga del cuello de su padre en espera de una respuesta que él no tiene. “Porque estaba enfermita”, responde José Collantes Navarro, con la poca compostura que le queda.
Familias desesperadas en Bolivia están improvisando tumbas para enterrar a sus seres queridos, dijeron funcionarios, en momentos en que escasean los lotes en los cementerios del país, donde se han acelerado los contagios de COVID-19.
El ambiente se ha vuelto irrespirable. Y el debate público… intransitable. Así llegamos a septiembre. Y no, no todo es culpa del coronavirus. El bicho, si acaso, solo evidencia nuestras ya flojas costuras sociales y humanas. Cierto, las medidas sanitarias y el miedo al contagio enrarecen el...
Alrededor de 215,000 personas más que lo usual murieron en Estados Unidos en los primeros siete meses de 2020, lo que indica que el número de vidas que se perdieron por el coronavirus es mucho mayor que el saldo oficial. La mitad de los muertos fueron personas que no son de raza blanca...
El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, ha abordado al coronavirus de la misma manera que a cualquier amenaza interna para su gobierno: con el despliegue de su represivo aparato de seguridad.
Cuando los dolores del parto indicaron a Clarissa Muñoz que por fin iba a tener a su bebé, se metió en el auto y viajó dos horas por la frontera de Texas hasta una de las zonas de Estados Unidos más afectadas por el coronavirus.
Trump Rechazó el asesoramiento de los expertos sanitarios y forzó una reapertura económica rápida, con la esperanza de que se produjera una expansión antes de las elecciones. Ridiculizó y menospreció medidas que habrían ayudado a ralentizar la propagación del coronavirus, como llevar mascarilla.
No hay un retrato único de la pandemia de coronavirus en Brasil. Avanza a diferentes velocidades en las regiones de un país tan grande y diverso, y los datos generales no reflejan la gravedad de la situación. Hace semanas que los datos brasileños se han estacionado a un nivel preocupante.
En Cochabamba, en lo alto de los Andes bolivianos, la gente hace fila todos los días fuera de las farmacias de la plaza central, ansiosa por comprar el escaso elixir que, esperan, alejará a la COVID-19: dióxido de cloro, un tipo de blanqueador que se usa para desinfectar piscinas y pisos.
Uno de los grandes misterios del nuevo coronavirus es la velocidad con que se esparció por el mundo. Surgió en el centro de China y en tres meses estaba en todos los continentes, con excepción de la Antártida, y había alterado las vidas de millones de personas.
Algunos sabíamos desde el principio que Donald Trump no estaba a la altura del cargo de presidente, que no lograría afrontar una crisis que no estuviera causada por él mismo. Aun así, la magnitud del fracaso en la gestión del coronavirus en Estados Unidos ha sorprendido incluso a los escépticos.
De un tiempo a esta parte, sospecho que las sociedades contemporáneas padecen una especie de hipermetropía. El constante flujo de imágenes que secunda la globalización acerca todo a personas que tienen problemas para ver y relacionarse a corta distancia.
Casas sin tejado. Vecindarios sin electricidad. Residentes que huyeron y siguen en exilio. Diez meses después de que el huracán Dorian destruyó la zona norte de las Bahamas, esas islas continúan luchando para recuperarse, incluso mientras comienza la nueva temporada anual de huracanes.
Los trabajadores de la salud de toda la región dicen que tratar el coronavirus es más difícil —y peligroso— debido a las disparidades económicas y sanitarias, los sistemas descuidados y la desinformación.
La segunda semana de marzo, Latinoamérica miraba con incredulidad lo que estaba pasando en Europa. Las imágenes de los cortejos fúnebres interminables en Lombardía, los ejércitos desinfectando las calles, los pacientes en estado crítico en los hospitales.
Estamos solo al comienzo de la pandemia de coronavirus, aunque la segunda ola podría adoptar una forma distinta de la primera. Lo afirma el veterano virólogo Peter Piot, que ha pasado los últimos 40 años siguiéndoles la pista a distintos virus y luchando contra ellos.
Camilla Rothe estaba a punto de salir a cenar cuando el laboratorio del gobierno la llamó para darle la sorprendente noticia de que la prueba que había solicitado había sido positiva. Era el 27 de enero y acababa de descubrir el primer caso del nuevo coronavirus en Alemania.
¿Es que acaso hay alguna relación entre la diabetes y el coronavirus? Oh sí. Y no parece una relación anecdótica, porque ocurre en ambos sentidos. La diabetes empeora el pronóstico de la covid-19, y la covid-19 causa diabetes, según la mejor ciencia disponible.
México, como el resto de América Latina, se ha convertido rápidamente en un epicentro de la pandemia, una frontera preocupante para un virus que se ha cobrado la vida de más de 460,000 personas e infectado a más de nueve millones en todo el mundo.