CABALÍSTICO
La Virgen costurera
Entonces vieron que se hincó de rodillas ante la Señora, y le presentó unas ropas sin hacer, y que la Señora alargó sus benditas manos, y las tomó con un semblante dulce y complacido.
Entonces vieron que se hincó de rodillas ante la Señora, y le presentó unas ropas sin hacer, y que la Señora alargó sus benditas manos, y las tomó con un semblante dulce y complacido.
Después de un destierro en la isla de Cerdeña tuvo a su cuidado el cementerio de la vía Apia, donde dejó para la posteridad las memorias de mártires, y elegido papa, promovió la recta doctrina, reconcilió benignamente a los apóstatas, terminando su intenso pontificado con la gloria del martirio.
En aquel tiempo, el Señor dijo: «¡Ay de vosotros, porque edificáis los sepulcros de los profetas que vuestros padres mataron! Por tanto, sois testigos y estáis de acuerdo con las obras de vuestros padres; porque ellos los mataron y vosotros edificáis sus sepulcros».
Seamos o no mayores para esa creencia, el hecho es que hoy, en su mayoría, la hemos abandonado. La mayor parte de los adultos, en todas denominaciones cristianas, o ven la existencia de los ángeles de la guarda como piadosa fantasía o son simplemente indiferentes a la idea.
A veces Dios nos manda el sufrimiento como castigo por nuestros pecados, pero no siempre. Con respecto a que Dios permite todo tipo de desastres naturales, la intención de Dios es siempre un misterio y deberíamos abstenernos de hablar en nombre de Dios.
«¡Ay de vosotros, los fariseos, que pagáis el diezmo de la menta, de la ruda y de toda hortaliza, y dejáis a un lado la justicia y el amor a Dios! Esto es lo que había que practicar aunque sin omitir aquello. ¡Ay de vosotros, los fariseos, que amáis el primer asiento en las sinagogas...»
Su vida que giró en torno a dos ejes fundamentales que, por otra parte, son los propios de cada cristiano: En primer lugar, en todo cuanto hacía, pensaba y meditaba, le guiaba la luz de la fe. Sin esta lámpara encendida en su corazón no habría podido llevar a cabo lo que constituye su segundo eje.
Se encontraba en el segundo mes de embarazo y su marido era alcohólico. Tenía afección sifilítica y uno de sus hijos era retrasado mental. Además, en la familia había varios sordos. El médico decretó la interrupción del embarazo, pero mi madre se negó. Siete meses más tarde nací yo.
Es así, como este día debe ser visto sin ningún ánimo de soberbia, no eran mejor los españoles que vinieron junto a Colón, ya que por lo que sabemos, no era requisito para viajar el haber tenido una vida en rectitud, tampoco eran peores los nativos que vivían al abandono de la Providencia.
Fiesta de Nuestra Señora del Pilar. Según una venerada tradición, la Santísima Virgen María se manifestó en Zaragoza sobre una columna o pilar, signo visible de su presencia. Esta tradición encontró su expresión cultual en la misa y en el Oficio que, para toda España, decretó el papa Clemente XII.
«¡Bien! Vosotros, los fariseos, purificáis por fuera la copa y el plato, mientras por dentro estáis llenos de rapiña y maldad. ¡Insensatos! el que hizo el exterior, ¿no hizo también el interior? Dad más bien en limosna lo que tenéis, y así todas las cosas serán puras para vosotros».
La humanidad sigue estando inaceptablemente cerca de la aniquilación nuclear. Ahora -es su recomendación- es el momento de levantar definitivamente la nube del conflicto nuclear, eliminar las armas nucleares de nuestro mundo y dar paso a una nueva era de confianza y paz".
En esta delicada cuestión no siempre se distingue con nitidez la creencia de la credulidad. En ocasiones, se identifican ambos términos, cuando, de hecho, se refieren a actitudes vitales muy distintas. El creer es constitutivo de la persona, pero no todos creemos en lo mismo, ni del mismo modo.
Ángelo Giuseppe, internacionalmente conocido por su afabilidad como el “papa bueno”, nació el 25 de noviembre de 1881 en Sotto il Monte, Bérgamo, Italia. Era el cuarto de trece hermanos de una humilde familia de piadosos campesinos. Creció arropado por las hondas convicciones religiosas.
Habiéndose reunido la gente alrededor de Jesús, Él comenzó a decir: «Esta generación es una generación malvada; pide una señal, y no se le dará otra señal que la señal de Jonás. Porque, así como Jonás fue señal para los ninivitas, así lo será el Hijo del hombre para esta generación.
Obispo, que fundó el Instituto para las Misiones en África (Misioneros Combonianos del Corazón de Jesús), y tras ser elegido obispo en ese continente, se entregó sin reservas y predicó el Evangelio por aquellas regiones, trabajando también por hacer respetar la dignidad humana. († 1881)
En aquel tiempo, cuando Jesús se ponía en camino, uno corrió a su encuentro y arrodillándose ante Él, le preguntó: «Maestro bueno, ¿qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?». Jesús le dijo: «¿Por qué me llamas bueno? Nadie es bueno sino sólo Dios. Ya sabes los mandamientos.
San Dionisio, obispo, y compañeros, mártires, de los cuales la tradición quiere que el primero, enviado por el Romano Pontífice a la Galia, fuese el primer obispo de París, y que junto con el presbítero Rústico y el diácono Eleuterio, padeciesen en las afueras de la ciudad (s. III).
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, sucedió que una mujer de entre la gente alzó la voz, y dijo: «¡Dichoso el seno que te llevó y los pechos que te criaron!». Pero Él dijo: «Dichosos más bien los que oyen la Palabra de Dios y la guardan».
En Génova, de la provincia de Liguria, Italia, san Hugo, religioso, que, después de haber luchado largo tiempo en Tierra Santa, fue designado para regir la Encomienda de la Orden de San Juan de Jerusalén en esta ciudad, y se distinguió por su bondad y su caridad hacia los pobres (c. 1233).