MUY OPORTUNO
Las iglesias como hospitales de campaña
La mayoría de nosotros estamos familiarizados con el comentario del papa Francisco de que hoy la iglesia necesita ser un hospital de campaña. ¿Qué implica esto?
La mayoría de nosotros estamos familiarizados con el comentario del papa Francisco de que hoy la iglesia necesita ser un hospital de campaña. ¿Qué implica esto?
Su familia era pobre pero muy devota. Su hermana mayor entró en el convento cisterciense y su tío era ermitaño con fama popular de santidad. No tuvo dinero y ni siquiera se sabe su apellido. Sin embargo, logró lo único que es necesario para que la vida sea un verdadero éxito: la santidad.
«En verdad, en verdad os digo: vosotros me buscáis, no porque habéis visto señales, sino porque habéis comido de los panes y os habéis saciado. Obrad, no por el alimento perecedero, sino por el alimento que permanece para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre».
San Anacleto fue el tercer Papa de la Iglesia, después de San Pedro y San Lino. Es referido en diversos escritos como Cleto, Anacleto o Anencleto, pero siempre se trata de la misma persona. Ocupó la cátedra de San Pedro durante los imperios de Vespasiano y Tito.
Fue discípulo de San Pedro e intérprete del mismo en su Evangelio, el segundo Evangelio canónico (el primero en escribirse). San Marcos escribió en griego con palabras sencillas y fuertes. Por su terminología se entiende que su audiencia era cristiana. Su Evangelio contiene historia y teología.
Hoy habría mucho que hablar sobre la cuestión de por qué no resuena con fuerza y convicción la palabra del Evangelio, por qué guardamos los cristianos un silencio sospechoso acerca de lo que creemos, a pesar de la llamada a la “nueva evangelización”.
Ya son muchos los medios de comunicación y las redes que divulgan la opinión de quienes piensan que esta virosis mundial podría ser parte de alguna maniobra de guerra política y económica como se ha dado en otras épocas. ¿Será posible?
La educadora y divulgadora Miriam Aguirre, proponía algunas combinaciones de palabras que había que decirle a cada uno de tus hijos «todos» los días. No era una lista exhaustiva.
Definitivamente está demostrado que las personalidades que hoy día aparecen mucho en los medios de comunicación, realmente son precisamente los que no le están marcando el rumbo a los acontecimientos históricos ni tienen respuestas para nada.
Jamás en su vida de estudiante ni en sus años de profesional tomó licor, ni nadie lo vio en reuniones mundanas o que ofrecieran peligro para la virtud. Sus compañeros de abogacía se admiraban de que este sabio doctor nunca empleaba palabras ofensivas en los pleitos que sostenía.
En aquel tiempo, se fue Jesús a la otra ribera del mar de Galilea, el de Tiberíades, y mucha gente le seguía porque veían las señales que realizaba en los enfermos. Subió Jesús al monte y se sentó allí en compañía de sus discípulos. Estaba próxima la Pascua, la fiesta de los judíos.
"El primer anuncio de la Eucaristía dividió a los discípulos, así como el anuncio de la pasión los escandalizó: "¡Esa palabra es dura! ¿Quién podrá escucharla? (Jn. 6, 60). La Eucaristía y la Cruz son piedras de escándalo. Es el mismo misterio, y él no cesa de ser ocasión de división.
La tarde del 20 de febrero de 1920 en el hospital Doña Estefanía de Lisboa en Portugal, agonizaba una niña de nueve añitos a poco de llegar a cumplir los diez de edad, víctima infectada de la pandemia que por aquellos años asoló a Europa y otras partes del mundo.
Según la tradición, Jorge era un caballero cristiano que hirió gravemente a un dragón de un pantano que aterrorizaba a los habitantes de una pequeña ciudad. El pueblo sobrecogido de temor se disponía a huir, pero San Jorge dijo que bastaba con que creyesen en Jesucristo para que el dragón muriese.
Esa imagen de puertas cerradas es una de las dos imágenes particularmente interesantes en la historia de la primera Pascua. La otra es la imagen de la “enorme piedra” que sepultó al Jesús enterrado. Estas imágenes nos recuerdan lo que con frecuencia nos separa de la gracia de la resurrección.
Porque Dios está con ella María está completamente impregnada de gracia, como una esponja bajo el agua. María está llena de la presencia de Dios y Dios es la fuente de la gracia. El poder del Altísimo la cubrió con su sombra, es decir, Dios descendió para habitar en ella.
El confirmó el decreto del concilio sostenido en Cartago, después de la liberación de África, de la yunta de Vándalo, según los convertidos del Arrianismo, fueron declarados inelegibles a las Santas Ordenes y aquellos ya ordenados, fueron admitidos meramente para dar la comunión.
En aquel tiempo dijo Jesús a Nicodemo: «Tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en Él no perezca, sino que tenga vida eterna. Porque Dios no ha enviado a su Hijo al mundo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por Él».
Las sirenas de las ambulancias rasgan con sus bemoles de urgencia el fino velo del silencio. Chirridos de ruedas, gritos desaforados, lloriqueos lastimeros, charcos de sangre. El ambiente inyectado de temor y miedo. En el suelo yacen abatidos por los hombres-explosivo, gente anónima.
Es bien conocida la fábula de la rana y el buey. Por azares del destino, una rana se encuentra frente a un gran buey. El anfibio, con sus ojos saltones y desorbitados, contempla fascinado al rumiante, que pace indiferente a su lado.