VALORES MORALES
Ni relativismo laicista ni fanatismo intransigente
Lo cierto es que ser un católico normal cada vez resulta más complicado. Para los laicistas somos unos integristas porque, por mucho que se empeñen, no aceptaremos jamás la dictadura del relativismo. La dignidad de la persona no se puede relativizar. El sufrimiento del parado no es relativo.