Como descubrimos en 2016, no es impensable que un candidato esperpéntico, partiendo de una posición marginal, termine haciéndose con la presidencia de Estados Unidos. En la siguiente lista, por tanto, tal vez se encuentre el siguiente líder o lideresa del mundo libre.
Robert Mueller ha dejado este miércoles el cargo de fiscal especial de la trama rusa con un mensaje implícito pero claro: "Si hubiésemos estado seguros de que el presidente claramente no cometió un delito, lo habríamos dicho".
Cómo pasa el tiempo y cómo continuamos atónitos ante acontecimientos políticos aberrantes. Cómo el presidente más extravagante de la historia contemporánea de EE UU se ha desliado del Rusiagate y de los signos evidentes de que trató de obstruir la justicia, y continúa impertérrito su camino.
La precampaña empieza esta semana. Dentro de 72 horas, Joe Biden, el vicepresidente con Barack Obama, anunciará que se presenta a las elecciones de 2020. Y hace 72, el Departamento de Justicia divulgó dos tercios del informe del fiscal especial del 'Rusiagate', Robert Mueller.
Donald Trump apenas ha superado la mitad de su mandato, pero la política estadounidense, devenida en campaña electoral perenne, ya gravita en torno a las elecciones de 2020.
Queda un año para que se celebren las primarias de Iowa, con las que comienza la carrera electoral de Estados Unidos. ¿Es mucho? En realidad, no. De hecho, el representante demócrata por Maryland John Delaney ya anunció su candidatura en julio.
Desde la tribuna de la Cámara de Representantes, enarbolando el mazo de madera que la distingue como la mujer electa más poderosa del país, y que ya blandió por primera vez hace más de dos lustros, la congresista demócrata Nancy Pelosi, de 78 años, recordó que “el pueblo de Estados Unidos habló...”
Ahora el escándalo Cohen añade leña a la mala salud de hierro de la popularidad de Trump (el 42% entre los votantes en general, ningún presidente la ha tenido tan baja), pero resulta aventurado pronosticar un revés de sus seguidores. El 87% de los republicanos le bendicen.
El 29 de enero de 2016, cuando llevaba 9 días en la Casa Blanca, Trump tenía el respaldo del 45% de los estadounidenses. Es su récord de popularidad. Es más, desde el 28 de mayo no ha logrado romper la barrera psicológica del 40%.
¿Responden todas esas medidas a un plan coherente o son el resultado de una gran improvisación, de tal manera que los historiadores, en un futuro, solo podrán hablar de lo ocurrido como en el fragmento de Macbeth: ¿"ruido y furia, cuento contado por un idiota que nada significa"?
