Religión
Ante el pesebre volvemos a lo esencial, las personas antes que las cosas
“La alegría es aún más profunda, más humana. A veces existe la tentación de divertirse sin alegría; de divertirse haciendo ruido, pero la alegría no está ahí. Es un poco como la figura del payaso, que ríe, hace reír, pero el corazón está triste. La alegría es raíz de la buena diversión navideña”.