TESTIMONIOS
Vacas gordas y vacas flacas
En la antigüedad cuando se daba una fuerte crisis económica generada por el clima u otros factores se producía una escasez de alimentos severa y provocaba hambrunas.
En la antigüedad cuando se daba una fuerte crisis económica generada por el clima u otros factores se producía una escasez de alimentos severa y provocaba hambrunas.
Memoria de las santas mártires Perpetua y Felicidad, que bajo el emperador Septimio Severo fueron detenidas en Cartago junto con otros adolescentes catecúmenos. Perpetua, matrona de unos veinte años, era madre de un niño de pecho, y Felicidad, su sierva, estaba entonces embarazada.
Lo único que se necesita para que triunfe el mal es que los hombres buenos no hagan nada. "Su juicio estaba siempre iluminado por la verdad nacida de la Sabiduría de Dios que lo llamaba a la realización del bien en todo momento y lugar".
Si las crueles matanzas que presenciamos fuera un rasgo típico de esta fe y el Islam inspirase y justificase verdaderamente tal violencia, esa expansión y la presencia creciente de musulmanes en Europa y Estados Unidos sería una perspectiva aterradora. Por fortuna, no es así.
“El hombre del mundo moderno manifiesta un rechazo colectivo a la soledad, al dolor, al sufrimiento, y a la idea de que ha de morir. Se nos esconde todo lo que hay en derredor del morir. Incluso cuando el ser querido muere, lo disfrazamos de vivo para que no aparezca «tan muerto» en el féretro.
De este joven dice su biógrafo estas palabras que llegan a lo más íntimo del alma:" Guardián celoso y maestro de la castidad, afable para todos, generoso con los pobres, esquivo de la vanagloria, despegado de la pompa mundanal y amante fiel de la paz no fingida".
Hace poco leí el siguiente párrafo del P. Catellani y como todo lo que escribió, me sorprendió con la lucidez que tienen sus palabras: El diablo falsifica la obra de Dios [Â ] hasta la consumación de los siglos; y mucho más cuando estarán para consumarse: hoy lo mismo que siempre, y aún quizás más.
Tanto la experiencia histórica como la reflexión filosófica nos muestran que no es posible pensar la democracia en un sistema político en el que Dios ha sido suprimido.
Fue Pontífice de 253-254; murió en Roma el 5 de marzo de 254. Después de la muerte del Papa San Cornelio, quien murió en el exilio en el verano del 253, Lucio fue elegido para tomar su lugar, y fue consagrado Obispo de Roma. Nada se sabe de la vida temprana de este Papa antes de su elevación.
El mundo se ha vuelto loco y desquiciado. Camina desnortado, en la opacidad y sin un futuro claro. El panorama global, individual, social, familiar, nacional e internacional es inquietante y para millones de humanos, desesperante.
Aberraciones morales profundamente enraizadas empujan consecuentemente a las personas a racionalizar el vicio no sólo para con ellos mismos sino también para con los demás. De esta manera las racionalizaciones se convierten en locomotora para el cambio revolucionario que afecta a la sociedad.
Hijo del rey de Polonia, príncipe, destacó por el celo en la fe, por la castidad y la penitencia, la benignidad hacia los pobres y la devota veneración a la Eucaristía y a la bienaventurada Virgen María, y aún joven, consumido por la tuberculosis, descansó piadosamente en la ciudad de Grodno.
Jesús dijo a la gente reunida en la sinagoga de Nazaret: «En verdad os digo que ningún profeta es bien recibido en su patria. Os digo de verdad: muchas viudas había en Israel en los días de Elías, cuando se cerró el cielo por tres años y seis meses, y hubo gran hambre en todo el país...»
El Templo de Jerusalén era el corazón del pueblo de Israel. Su joya reconstruida. Su lugar de oración. Toda la liturgia se desarrollaba allí, todos peregrinaban al santo lugar por lo menos una vez al año. Cuidar del templo era cuidar de Israel. Jurar por el Templo era casi el juramento más solemne.
Intentó tres veces hacerse religiosa benedictina, pero el canónigo de la catedral de Bérgamo, José Bengalio, la hizo salir tres veces del convento, cosa que le supuso a Teresa no pocas críticas y burlas, pero ella lo soportó por obediencia.
En Praga, de Bohemia, santa Inés, abadesa, hija del rey Otokar, que, tras haber renunciado a nupcias reales y deseosa de desposarse con Jesucristo, abrazó la Regla de santa Clara en el monasterio edificado por ella misma, donde quiso observar la pobreza conforme a la regla († c. 1282).
«Un hombre tenía dos hijos; y el menor de ellos dijo al padre: ‘Padre, dame la parte de la hacienda que me corresponde’. Y él les repartió la hacienda. Pocos días después el hijo menor lo reunió todo y se marchó a un país lejano donde malgastó su hacienda viviendo como un libertino».
Hay gente a la que le resulta difícil pensar en el después, que está acostumbrada a dejar las cosas para más adelante, y eso hace que su vida sea una vida desorganizada, de constantes dejaciones y atropellos, una vida de la que apenas se tiene control y que al final no conduce al puerto deseado.
Pensar que podemos lograr todo lo que nos proponemos o que tenemos la potestad de adquirir todo lo que deseamos, se puede convertir en una obsesión y en esta condición es fácil sumergirnos en momentos de pánico, de depresión, de negación o de desilusión. Realmente no se tiene todo lo que se desea.
En Celanova, de Galicia, en España, san Rosendo (Rudesindus), antes obispo de Dumio, que cuidó de promover o instaurar la vida monástica en la misma región y, habiendo renunciado a la función episcopal, tomó el hábito monástico en el monasterio de Celanova, que después presidió como abad († 977).