Choferes del transporte público de Guerrero, estado del sur de México, protestaron este jueves para exigir seguridad ante una nueva ola de violencia del crimen organizado, que los ha llevado a detener su servicio desde el lunes tras el asesinato de cuatro compañeros del gremio.
Al menos 13 policías han sido asesinados este jueves por el crimen organizado en México, en el que se presupone uno de los ataques más sangrientos contra agentes en los últimos meses.
Un paramédico de la Cruz Roja falleció y otros seis resultaron heridos en un ataque perpetrado por una pandilla de jóvenes armados en un evento de distribución de ayuda en el sur de México.
Según indicó el martes el portavoz de Seguridad de Guerrero, Roberto Álvarez, la triple ejecución tuvo lugar el domingo y las víctimas son Rubén Estrada, líder de la comunidad gay en Taxco, Carlos Uriel López y Roberto Vega, todos activistas en favor de la diversidad sexual.
El hecho más reciente se registró a las 02.40 hora local de este lunes durante la celebración de una fiesta de 15 años en un restaurante de la capital del estado, Chilpancingo.
Las cifras colocan al mes pasado con un incremento del 13,6% en las víctimas de homicidios respecto al mismo mes de 2017, según las estadísticas publicadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, la instancia que mide la incidencia delictiva.
El asesinato de dos curas católicos el lunes en el estado de Guerrero, sur de México, y cuyos sus cuerpos fueron hallados a la vera de una ruta que une a las localidades de Taxco e Iguala, confirmó la certeza de los expertos de que los sacerdotes están en la mira del crimen.
Dos sacerdotes y un maestro fueron asesinados hoy en el estado sureño de Guerrero, y sus cuerpos fueron hallados en la ruta que une a las localidades de Taxco e Iguala.
