MUY OPORTUNO
Objeción de conciencia
La libertad de religión, de pensamiento e inclusive y actualizada, la libertad de conciencia, es amparada por la Constitución Política Mexicana y los Tratados Interamericanos en la materia.
La libertad de religión, de pensamiento e inclusive y actualizada, la libertad de conciencia, es amparada por la Constitución Política Mexicana y los Tratados Interamericanos en la materia.
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «También es semejante el Reino de los Cielos a una red que se echa en el mar y recoge peces de todas clases; y cuando está llena, la sacan a la orilla, se sientan, y recogen en cestos los buenos y tiran los malos».
Tomo un guijarro entre mis dedos. Me asomo ante un torrente impetuoso. Dudo entre arrojarlo o retenerlo. Si lo tiro, será difícil recuperarlo. Si lo conservo, podré pensar qué hacer con él en el futuro.
Memoria de san Alfonso María de Ligorio, obispo y doctor de la Iglesia, que insigne por el celo de las almas, por sus escritos, por su palabra y ejemplo, trabajó infatigablemente predicando y escribiendo libros, en especial sobre teología moral, en la que es considerado maestro.
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «El Reino de los Cielos es semejante a un tesoro escondido en un campo que, al encontrarlo un hombre, vuelve a esconderlo y, por la alegría que le da, va, vende todo lo que tiene y compra el campo aquel».
Una historia evangélica particularmente poderosa narra el encuentro de Jesús con una mujer sirofenicia. En el centro de esa historia está el lugar donde tienen lugar sus encuentros. Tiene lugar en las fronteras de Samaria.
Jesucristo, hijo de Dios, hijo de María y José, marca el nacimiento de nuestra era, es el centro de la historia humana y nos da la explicación del porqué, el cómo y el para que de nuestra existencia.
El capitán Loyola, orgulloso y galante, comenzó a servir a Dios cuando un cañonazo le quebró la pierna y la altiveza. De caballero pasó a ser mendigo y ermitaño. Luego descubrió que la plenificación de su vida era la formación de una orden que difundiera el Evangelio a todos los hombres.
Se le acercaron sus discípulos diciendo: «Explícanos la parábola de la cizaña del campo». Él respondió: «El que siembra la buena semilla es el Hijo del hombre; el campo es el mundo; la buena semilla son los hijos del Reino; la cizaña son los hijos del Maligno; el enemigo que la sembró es el Diablo»
La conversión del agua en vino en las bodas de Caná, fue el comienzo de muchas preguntas de la gente y de los primeros apóstoles de Jesús. ¿Quién era este extraordinario y oscuro carpintero que tenía tales poderes? ¿Dónde había adquirido tal poder?
"El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras dormían los hombres, vino su enemigo, sembró cizaña en medio del trigo, y se fue. Cuando brotó la hierba y echó espiga, entonces apareció también la cizaña.
Hablar de cosas mal hechas es posible porque creemos que existen cosas bien hechas. Es decir, porque distinguimos entre lo malo y lo bueno.
«Sacerdote y fundador de la Institución Teresiana, mártir de la guerra civil española. Gran humanista y pedagogo, alentó a la mujer en la enseñanza previendo el influjo que ella ejercería en la sociedad»
«"Madre Nati", primera mexicana canonizada, fundadora de las Hijas del Sagrado Corazón de Jesús. Desde su piedad eucarística se volcó en los enfermos, ancianos y moribundos de su país»
«El Reino de los Cielos es semejante a un grano de mostaza que tomó un hombre y lo sembró en su campo. Es ciertamente más pequeña que cualquier semilla, pero cuando crece es mayor que las hortalizas, y se hace árbol, hasta el punto de que las aves del cielo vienen y anidan en sus ramas».
En condiciones normales lo usual es que los hijos se sientan agradecidos a sus padres que les dieron vida, que reconozcan en sí mismos rasgos dignos de toda consideración que de ellos heredaron. Nada más hondo desde el punto de vista humano que estos lazos de sangre que vinculan a unos y a otros.
Dura fue la historia de la mujer adúltera. Su historia es la de una mujer débil situada en medio de una conspiración contra Jesús. Ella era pecadora sin dudas, pero el problema que se pretende plantear a Jesús es de mucho más calado: los escribas y fariseos buscan un pretexto para derrotar a Jesús.
En aquel tiempo, Jesús propuso a las gentes otra parábola, diciendo: «El Reino de los Cielos es semejante a un hombre que sembró buena semilla en su campo. Pero, mientras su gente dormía, vino su enemigo, sembró encima cizaña entre el trigo, y se fue.
La santa pareja poseía una religiosidad ejemplar. Eran exponentes de la fidelidad a Dios en el Antiguo Testamento y, por eso mismo, ansiaban por la venida del Mesías prometido.
Esta es la historia de dos garbanzos. Uno era genéticamente deforme, débil, enclenque, destinado a un futuro incierto, quizá a una muerte prematura. El otro era fuerte, lleno de vida, con un DNA lleno de perfecciones y conquistas evolutivas. Un supergarbanzo, en pocas palabras.