López Obrador ha pasado la última década de su vida diciendo que hay una colección de poderes establecidos en México, profundamente corruptos, que gozan de la más aberrante impunidad y por eso lleva la ventaja que lleva. Porque finalmente la realidad ha justificado su mensaje.
En medio de un crecimiento económico languideciente, la inflación más alta en casi dos décadas, escándalos de corrupción que salpican a funcionarios del gobierno y cifras récord de asesinatos, México se prepara para elegir el 1 de julio un nuevo presidente que podría cambiar el rumbo del país.
El candidato que lidera los sondeos rumbo a las elecciones presidenciales de México, Andrés Manuel López Obrador, no cancelará la reforma energética que puso fin al monopolio estatal en la industria si gana los comicios, dijo una de sus principales asesoras al periódico El Universal.
"Está usando toda esta campaña contra México como propaganda, solo así me explico que este tratando de enviar fuerza militares a la frontera", dijo López Obrador durante un discurso de campaña en la ciudad fronteriza norteña de Nuevo Laredo.
El excanciller mexicano durante la Administración de Vicente Fox se encargará de elaborar y coordinar las estrategias del Frente de cara al exterior, más allá de lo que decida cada partido, para "tratar de darle una personalidad propia" al proyecto.
"Hasta que podamos tener un muro y seguridad adecuada, vamos a vigilar nuestra frontera con militares", afirmó el magnate a través a periodistas en la Casa Blanca, y en amenazó con cancelar el Tratado de Libre Comercio si no se detenía el paso de la caravana.
"Vamos a ser muy respetuosos del gobierno de Estados Unidos pero vamos a exigir también respeto a los mexicanos", dijo el domingo en Ciudad Juárez, fronteriza con Texas. "Ni México ni su pueblo van a ser piñata de ningún gobierno extranjero", sentenció entre aplausos.
Las encuestas para saber quien será el próximo presidente de México han perfilado como posible ganador al izquierdista López Obrador, pero con el arranque de las campañas, dichos ejercicios estadísticos estarán bajo la lupa ya que en las últimas elecciones han errado en sus predicciones.
El promedio de encuestas coloca delante a López Obrador, con un 41% de los votos, seguido de Ricardo Anaya (28%) y José Antonio Meade (22%). Faltan todavía tres meses hasta la votación presidencial, pero el candidato de Morena cuenta con 14 puntos de ventaja y es, a día de hoy, un favorito claro.
México enfila 90 días definitivos para su futuro. El viernes arrancó oficialmente una campaña que se viene prolongando desde hace meses y en la que Andrés Manuel López Obrador camina victorioso en los sondeos, más por los errores de los demás que por sus propios aciertos.
Las campañas de los cuatro candidatos que disputan el puesto que dejará vacante el presidente Enrique Peña Nieto, a partir del 1 de diciembre próximo arrancaron formalmente hoy, en pleno Viernes Santo, con miras a las elecciones del 1 de julio próximo.
Los candidatos mexicanos iniciaron formalmente el viernes las campañas que tendrán una duración de tres meses rumbo a las elecciones presidenciales de México, con promesas de transformar el sistema político del país que padece una arraigada corrupción.
Pero la contienda apenas comienza, y con ello la guerra sucia, en la que todos van contra el de Morena, quien representa 'el cambio', y a estas alturas suma a sectores de la izquierda, el centro, y otros actores de más allá que se le unen a Andrés López Obrador y lo consideran la mejor apuesta.
La campaña para la presidencial del 1 de julio en México inicia este viernes con el veterano izquierdista Andrés Manuel López Obrador, que promete romper radicalmente con el pasado, como el hombre a vencer por su cómoda ventaja en las encuestas.
Clouthier desde la derecha y Cuauhtémoc Cárdenas desde la izquierda lucharon por democratizar el país en los comicios de aquel año, que tuvieron al candidato del PRI, Carlos Salinas de Gortari, como triunfador bajo sospechas de fraude electoral.
Después de años de denunciar a sus oponentes políticos en México como títeres de una "mafia" corrupta, el líder izquierdista Andrés Manuel López Obrador les ha extendido la mano en un intento por ganar las elecciones presidenciales del 1 de julio.
El aspirante de la alianza Juntos Haremos Historia, que aglutina al izquierdista Movimiento de Regeneración Nacional con el conservador Encuentro Social y el Partido del Trabajo, ha acudido ante la autoridad electoral a registrarse para las presidenciales del 1 de julio.
Según analistas, la apuesta del PRI es sacar a Anaya (respaldado por los partidos Acción Nacional (PAN), de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano (MC) de la batalla a fin de concentrar los votos del centro y la derecha (esquinas desdibujadas aquí) contra López Obrador.
Lo saben sus contrincantes y él mismo quien, en las últimas elecciones, decidió no participar en ningún debate televisado lo que le costó un aluvión de críticas y quedar fuera de los reflectores durante las horas más seguidas de la campaña.
El veterano político izquierdista Andrés Manuel López Obrador lidera por amplio margen las preferencias rumbo a la elección presidencial de México en julio, con casi 14 puntos de ventaja sobre su más cercano rival, el derechista Ricardo Anaya, según un sondeo divulgado el jueves.
