MUY OPORTUNO
Una Iglesia creíble
Una persona deja de ser creíble si dice mentiras, si actúa con una doble moral, si abusa de la ingenuidad de la gente en provecho propio, si dice aspirar a unos ideales y luego persigue otros.
Una persona deja de ser creíble si dice mentiras, si actúa con una doble moral, si abusa de la ingenuidad de la gente en provecho propio, si dice aspirar a unos ideales y luego persigue otros.
La huella que había dejado en su parroquia como acólito, catequista y sacristán, unida a su actividad como promotor de acciones que repercutían en el bien de los vecinos, como el establecimiento de cajas de ahorros, ponían de relieve su valía.
San José vivió con la Santísima Virgen en perfecta castidad, sin usar del matrimonio, como si fueran hermanos. Pero como era el verdadero esposo de María , es también padre de Jesucristo ; aunque no según la carne, sino según la ley. Jesucristo no tuvo padre carnal.
María Josefa Sancho de Guerra dedicó su vida entera a cuidar a los enfermos y a asistir a los pobres, inclinación característica de su infancia junto a la devoción por la Eucaristía y por la Virgen María. Como es propio de los santos, la clave de su acción fue el amor a Cristo.
«Yo me voy y vosotros me buscaréis, y moriréis en vuestro pecado. Adonde yo voy, vosotros no podéis ir». Los judíos se decían: «¿Es que se va a suicidar, pues dice: Adonde yo voy, vosotros no podéis ir'?». El les decía: «Vosotros sois de abajo, yo soy de arriba».
El poeta Rumi insinúa que vivimos con un profundo secreto que a veces conocemos, luego no, y después conocemos de nuevo. Es una descripción de la fe. La fe no es algo que sujetas y posees de una vez para siempre. Lleva este camino: A veces andas sobre el agua, y a veces te hundes como una piedra.
Neurólogos prestigiados me han dicho que tengo trastornos cuya existencia desconocían: disautonomía, falla autonómica, estática o nieve visual persistente. Me han asegurado que estos problemas no son mortales, pero la muerte no me preocupa tanto.
Y hoy, como antaño, continúan mostrando la grandeza de este «padre y guardián de la Iglesia», «abogado de la buena muerte», que vivió cada segundo de su existencia con inquebrantable adecuación de su voluntad a la divina, señalándonos el camino que hemos de seguir.
El Ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: «José, hijo de David, no temas tomar contigo a María tu mujer porque lo engendrado en ella es del Espíritu Santo. Dará a luz un hijo, y tú le pondrás por nombre Jesús, porque Él salvará a su pueblo de sus pecados».
La gente que había escuchado a Jesús, decían: «Éste es verdaderamente el profeta». Otros decían: «Éste es el Cristo». Pero otros replicaban: «¿Acaso va a venir de Galilea el Cristo? ¿No dice la Escritura que el Cristo vendrá de la descendencia de David y de Belén, el pueblo de donde era David?».
Si lleváis en consideración la distancia que hay entre la familia gentilicia y la hebrea, veréis luego que están separadas entre sí por un abismo profundo: la familia gentilicia se compone de un señor y de sus esclavos, y la hebrea, del padre, de la mujer y de sus hijos.
Al rayar el tercer día, fueron al Templo y comenzaron a preguntar a las personas que en gran número transitaban por el patio; constataron, entonces, que el Niño era el asunto del día. Todos lo comentaban maravillados.
La noticia, tan querida como inesperada, le llenó de alegría. Sabiendo que los franciscanos requerían la presencia de jesuitas para atender las fundaciones de Canadá, aún pensando que su ofrecimiento no sería acogido, se prestó para viajar a ese país.
«Me conocéis a mí y sabéis de dónde soy. Pero yo no he venido por mi cuenta; sino que me envió el que es veraz; pero vosotros no le conocéis. Yo le conozco, porque vengo de Él y Él es el que me ha enviado». Querían, pues, detenerle, pero nadie le echó mano, porque todavía no había llegado su hora.
En 1940 se hizo con la presidencia del Instituto de Genética de la Academia de Ciencias de la URSS, y de la poderosa Academia de Ciencias Agrícolas, destituyendo a su antecesor, al que se le exigió retractarse de sus ideas afines a Darwin y Mendel, y fue deportado a Siberia.
Este cuento trata sobre un hombre común. Un hombre que tenía un trabajo que nadie quería. No había en aquel pueblo un oficio peor conceptuado y peor pagado que el de ser portero de un viejo prostíbulo Pero ¿qué otra cosa podría hacer aquel hombre? Si no sabía ni leer ni escribir
Nació en París en 1591, Hija de Louis de Marillac, señor de Ferrieres. Perdió a su madre desde temprana edad, pero tuvo una buena educación, gracias, en parte, a los monjes de Poissy, a cuyos cuidados fue confiada por un tiempo, y en parte, a la instrucción personal de su propio padre.
En aquel tiempo, dijo Jesús a los judíos: «Si yo diera testimonio de mí mismo, mi testimonio no sería válido. Otro es el que da testimonio de mí, y yo sé que es válido el testimonio que da de mí. Vosotros mandasteis enviados donde Juan, y él dio testimonio de la verdad».
La pudibundez no hace a las personas castas sino caricaturas de castidad. "La pudibundez es enemiga nata del pudor, como la beatería es enemiga de la religiosidad verdadera y consciente. El espíritu del adolescente se rebela y le molestan las ideas mezquinas y ruines"[5].
Pero no obstante que Enrique había cesado de importunarla, su conducta continuó causándole gran aflicción. El nuevamente se volvió contra Otto y, posteriormente castigó una insurrección de sus propios súbditos en Baviera con increíble crueldad; ni aun los obispos escaparon a su cólera.