MUY OPORTUNO
Un Amor que da sentido a todo
"Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en Él. Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él" (1Jn 4,16).
"Y nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene, y hemos creído en Él. Dios es Amor y quien permanece en el amor permanece en Dios y Dios en él" (1Jn 4,16).
Lejos de amainar las disputas, éstas fueron creciendo porque la iglesia de Antioquía había sucumbido bajo el yugo de la herejía. Los que sucedieron al obispo Eustaquio, desterrado el año 330, aniquilaron la fe. En medio de constantes pugnas, Melecio fue elegido obispo de Antioquia.
En aquel tiempo, salieron los fariseos y comenzaron a discutir con Jesús, pidiéndole una señal del cielo, con el fin de ponerle a prueba. Dando un profundo gemido desde lo íntimo de su ser, dice: «¿Por qué esta generación pide una señal? Yo os aseguro: no se dará a esta generación ninguna señal».
En aquel tiempo, se acerca a Jesús un leproso suplicándole, y, puesto de rodillas, le dice: «Si quieres, puedes limpiarme». Compadecido de él, extendió su mano, le tocó y le dijo: «Quiero; queda limpio». Y al instante, le desapareció la lepra y quedó limpio.
Jesús llama a sus discípulos y les dice: «Siento compasión de esta gente, porque hace ya tres días que permanecen conmigo y no tienen qué comer. Si los despido en ayunas a sus casas, desfallecerán en el camino, y algunos de ellos han venido de lejos».
Eso lo entendieron y tergiversaron a su modo, los socialistas utópicos de los siglos XVIII y XIX que fundamentaron sus teorías en la oposición del trabajo contra el capital para generar la lucha de clases la cual pasó a convertirse -según la utopía marxista, en el motor de la expansión económica
Y la respuesta de Jesús fue terrible. Hubiera podido resentir a cualquiera. No iba Él, Segunda Persona de la Santísima Trinidad, enviado del Padre Eterno, asumido totalmente por la divinidad, judío de nacimiento y buen linaje, darle el pan de los hijos a los perros. ¡Cosa tremenda!
Estamos en invierno, cuando los días son más cortos y la noche domina; en la oscuridad, cabe que sintamos el vértigo de la tristeza, del cansancio y hasta desesperanza, como exclama Job: "Mi herencia son meses baldíos, me asignan noches de fatiga; al acostarme pienso: ¿cuándo me levantaré?"
Jesús es una persona que todo lo hace bien, porque sólo hace acciones buenas, y aquello que hace, lo deja acabado. No entrega nada a medias; y no espera a acabarlo después.
En Alejandría, en Egipto, conmemoración de santa Apolonia, virgen y mártir, la cual, después de haber sufrido muchos y crueles tormentos por parte de los perseguidores, para no verse obligada a proferir palabras impías prefirió entregarse al fuego antes que ceder en su fe (c. 250).
La palabra Nagasaki trae luego a la memoria la arrasadora bomba atómica lanzada contra ella al final de la Segunda Guerra Mundial. Pocos saben, entretanto, que esta ciudad fue también palco del heroico testimonio de numerosos mártires de la Fe.
"La existencia del mal no se debe a la falta de poder o de bondad en Dios; al contrario, Él solo permite el mal porque es suficientemente poderoso y bueno para sacar del propio mal el bien". "Todo concurre para el bien de los que aman a Dios"
En aquel tiempo, Jesús partiendo de allí, se fue a la región de Tiro, y entrando en una casa quería que nadie lo supiese, pero no logró pasar inadvertido, sino que, en seguida, habiendo oído hablar de Él una mujer, cuya hija estaba poseída de un espíritu inmundo, vino y se postró a sus pies.
Los negocios obligaron al matrimonio a residir fuera de Italia, y dejaron a Bakhita y a Minnina bajo el amparo de las cannosianas de Venecia. El administrador de la familia, Cecchini, le regaló un crucifijo que ella contemplaba sintiendo una indescriptible emoción en lo más íntimo de su ser.
Fue elegido pontífice el 16 de junio de 1.846. Era el sucesor de Gregorio XVI. Se le ha denominado el «papa de la cruz». No en vano, su largo pontificado, que duró 32 años, transcurrió en una época histórica convulsa; la masonería internacional tenía en el punto de mira a la Iglesia.
En aquel tiempo, Jesús llamó a la gente y les dijo: «Oídme todos y entended. Nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre. Quien tenga oídos para oír, que oiga».
Comprendiendo que era la voz de Dios, el esposo virginal de María obedeció, "aún sabiendo todos los riesgos que correría yendo para Egipto y que Jesús podría ser muerto en cualquier momento. ¡Una tremenda perplejidad más, a exigirle sangre del alma!"
Virtualmente, cada evento social y moral es una zona de guerra: la situación de las mujeres, el cambio climático, los roles de género, la sexualidad, el matrimonio y la familia como instituciones, el papel del gobierno, cómo tiene que ser entendida la comunidad LGBTQ, entre otros problemas.
Hay una singularidad en los evangelios que pide una explicación: Jesús -según parece- no quiere que la gente conozca su verdadera identidad como el Cristo, el Mesías. Continúa avisando a la gente que no revele que él es el Mesías. ¿Por qué?
El tren llegó a tiempo. El jefe estuvo más amable que nunca. El pronóstico de buen tiempo se cumplió. La comida salió bien. En casa no hubo discusiones.