La labor no es fácil para las 20 mujeres que hacen parte de la asociación, quienes consiguen apoyo a cuentagotas mientras el Gobierno cumple la promesa de enviarles recursos del Fondo Amazonía, un mecanismo financiero reactivado con Lula para apoyar la preservación del bioma.
Para lograrlo, la aplicación de la ley por sí sola no será suficiente, asegura Adevaldo Dias, un dirigente de los extractores de caucho que preside el Memorial Chico Mendes, una organización sin fines de lucro que brinda asistencia a comunidades tradicionales no indígenas en la Amazonía.
En el encuentro se destacaron las experiencias en el uso masivo de biodiésel y bioetanol en distintos países de América y de Europa, y a la vez que se presentaron casos de interés en los que los biocombustibles se insertan en un mercado de cotización de bonos de carbono.
Una cumbre climática en París finalizó sin la creación de un impuesto a las emisiones de gas de efecto invernadero provocadas por el sector naviero internacional, y varias ONG y activistas climáticos deploraron la falta de medidas audaces para combatir el cambio climático y las desigualdades.
En ese contexto, insistió en que los Gobiernos deben eliminar progresivamente los combustibles fósiles -empezando por el carbón y usando toda una serie de herramientas como terminar con los subsidios o imponer tasas a las emisiones- y multiplicar la inversión en renovables.
Las negociaciones para establecer el fondo de pérdidas y daños están en la agenda de las consultas climáticas que tienen lugar esta semana en Bonn, Alemania. Algunos países han rechazado que se obligue a las empresas a dar dinero al fondo desde un comienzo.
El mundo debe abandonar los combustibles fósiles si quiere combatir el calentamiento global, indicó el responsable de clima en Naciones Unidas durante una entrevista. Sin embargo, es posible que ese objetivo no se incluya en la agenda en las cruciales negociaciones internacionales de este otoño.
Alemania pidió el martes que los gobiernos de todo el mundo trabajen para fijar un ambicioso objetivo de energía renovable que “dé inicio al final de la era de los combustibles fósiles” y ayude a evitar un peligroso calentamiento global.
Nueve países europeos celebraron este lunes una cumbre con el objetivo de aumentar la generación de energía eólica en el mar del Norte, impulsados por las consecuencias de la guerra de Ucrania y la presión en favor de las energías renovables.
El gobernador de este estado con 8,7 millones de habitantes y una extensión de 1.257,900 kilómetros cuadrados (área un poco mayor de la de países como Angola, Sudáfrica o Colombia) afirmó que Pará fue responsable por el 75 % de la reducción de la deforestación en todo Brasil en 2022.
El enviado de Estados Unidos para asuntos climáticos, John Kerry, concluyó el martes su segundo día de reuniones con funcionarios del gobierno brasileño, expresando su compromiso de colaborar en la preservación del mayor bosque tropical del mundo, pero sin ofrecer detalles concretos.
De los 117 anuncios de políticas globales rastreados en el último trimestre, 89 tenían suficiente credibilidad para ser incluidos en su rastreador, dijo IPR, y 68 de ellos apoyan o confirman un pronóstico de aumento de temperatura de 1,8 °C, mientras 20 indican una mayor ambición y dos la reducen.
Mientras sacudía una sonaja tradicional, la nueva jefa de asuntos indígenas de Brasil recorrió recientemente todos los rincones de la sede de la agencia —incluso la cafetería_, en los que invocó la ayuda de antepasados durante una limpieza ritual.
Las inversiones necesarias para sostener esa transición y para impulsar el desarrollo encuentran bastantes dificultades, entre ellas la falta de estándares y datos comunes sobre la reducción de emisiones, como ha apuntado el consejero delegado de Standard Chartered Bank, Bill Winters.
La Unión Europea presentó el martes un ambicioso plan industrial de tecnologías limpias que no solo mantendrá al continente en la vanguardia de un futuro más verde sino que garantizaría también su supervivencia económica ante los desafíos de China y Estados Unidos.
Los aviones privados que transportaron a los líderes políticos y empresariales del mundo durante la última reunión del Foro Económico Mundial en Davos (Suiza), hace casi un año, emitieron una cantidad de dióxido de carbono equivalente a la que producen 350,000 coches.
La incapacidad para afrontar el cambio climático y la degradación del medio ambiente dominan la clasificación de los principales riesgos a los que se enfrentará el planeta en la próxima década, según una encuesta realizada por el Foro Económico Mundial entre especialistas en riesgos mundiales.
Incluso el Banco de Japón, que el año pasado puso en marcha un plan de financiación destinado a actividades de lucha contra el cambio climático, adoptó un tono prudente, y su gobernador, Haruhiko Kuroda, subrayó que los banqueros centrales deben tener cuidado de no excederse.
El grupo de especialistas climáticos de la ONU (IPCC) lo advirtió en su último informe: cada décima de calentamiento global cuenta, y según pasan los años y no se adoptan las medidas que recomienda la comunidad científica, la ventana de oportunidad para atajar el problema se va cerrando.
"No en todas las COP se pueden conseguir grandes logros y algunas como la de Egipto son de transición", ha recordado, pero Dubái promete ser mejor, con un papel "relevante" para España, que asumirá la presidencia rotatoria europea en el segundo semestre de 2023.
