EFEMÉRIDES
Beata Columba Gabriel
«Joven aristócrata polaca que eligió el camino de la santidad, fortaleciéndose en las pruebas. En cumplimiento de la voluntad divina fundó en Roma las Hermanas Benedictinas de la Caridad»
«Joven aristócrata polaca que eligió el camino de la santidad, fortaleciéndose en las pruebas. En cumplimiento de la voluntad divina fundó en Roma las Hermanas Benedictinas de la Caridad»
En aquel tiempo, Jesús dijo a la gente: «Nadie enciende una lámpara y la cubre con una vasija, o la pone debajo de un lecho, sino que la pone sobre un candelero, para que los que entren vean la luz.
Por el camino Jesús hizo esta pregunta a sus discípulos: «¿Quién dicen los hombres que soy yo?». Ellos le dijeron: «Unos, que Juan el Bautista; otros, que Elías; otros, que uno de los profetas». Y Él les preguntaba: «Y vosotros, ¿quién decís que soy yo?». Pedro le contesta: «Tú eres el Cristo».
En dos distintos lugares de las Sagradas Escrituras se mencionan las amargas penas que afligieron el corazón de la Virgen. Tuvo que huir con su niño a Egipto; después vio a su hijo encarcelado y flagelado. Lo contempló con la cruz a cuestas y una corona de espinas que le hacía sangrar las sienes.
En aquel tiempo, el padre de Jesús y su madre estaban admirados de lo que se decía de Él. Simeón les bendijo y dijo a María, su madre: «Éste está puesto para caída y elevación de muchos en Israel, y para ser señal de contradicción -¡y a ti misma una espada te atravesará el alma!-».
«La señal del cristiano, único camino para conquistar la unión con la Santísima Trinidad, condición puesta por Cristo para seguirle. Motivo de gozo y esperanza, signo de nuestra salvación».
Los fragmentos de la santa Cruz se encontraban en el cofre de plata dentro del cual se los habían llevado los persas, y cuando el patriarca y los clérigos abrieron el cofre, todos los fieles veneraron las reliquias con mucho fervor, incluso, su produjeron muchos milagros.
«Nadie ha subido al cielo sino el que bajó del cielo, el Hijo del hombre. Y como Moisés levantó la serpiente en el desierto, así tiene que ser levantado el Hijo del hombre, para que todo el que crea en Él tenga vida eterna. Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo único,
Desde siempre el hombre buscó saber quién era su mejor amigo. Y esto es algo natural. Es tan natural como buscar saber qué es bueno para cada uno, o saber qué es lo que nos hace bien.
En las últimas semanas, los medios se han enfocado en las acusaciones de un cardenal hacia el Papa. ¿Cómo vemos esta crisis a la luz de los recientes acontecimientos?
De pequeño mi madre me solía decir "el que quiere, puede". Y es común ver a muchos cristianos empeñados en "entrenar" su fuerza de voluntad para obrar bien, como si tal cosa dependiera sobre todo de sus capacidades personales. Sus intenciones son buenas, ciertamente.
«Padre de la Iglesia, un hombre de excelsa virtud y gran talento. Elocuente orador; por ello fue denominado boca de oro'. Pío X lo proclamó patrón de los predicadores y Juan XXIII patrono del Concilio Vaticano II»
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: «Yo os digo a los que me escucháis: Amad a vuestros enemigos, haced bien a los que os odien, bendecid a los que os maldigan, rogad por los que os difamen. Al que te hiera en una mejilla, preséntale también la otra...»
Un juego entre niños. Risas, diversión, amistad. Poco a poco, la situación se hace extraña. Dos niños han hecho un pacto secreto para derrotar a otro. Reproches, enfados, gritos. El juego acaba mal.
En el tiempo de Moisés existía el peligro de adorar a un becerro de oro, el cual Moisés destruyó. En un momento de ira Moisés también destruyó las tablas de la ley, los Diez Mandamientos.
Kara Mustafa Pasha, frente al ejército Otomano del Sultán, llegó a las puertas de Viena el 14 de julio de 1683. El emperador Leopoldo y la mayoría de las tropas y ciudadanos huyeron de la ciudad, quedando en ella solo 5000 civiles y 11,000 soldados al mando de Ernst Rüdiger von Starhemberg.
«Mística benedictina, agraciada con experiencias sobrenaturales, padeció la incomprensión de uno de sus directores espirituales. Fue una gran abadesa que rigió santamente a la comunidad hasta el fin de sus días»
Imagine usted, lector, lo que sería de nosotros, pobres mortales, si todos los días tuviéramos que aprender a hablar, a caminar o a conducir.
Cuenta una antigua Leyenda Noruega, acerca de un hombre llamado Haakon, quien cuidaba una capilla. A ella, acudía la gente a orar con mucha devoción. En esta capilla había una cruz muy antigua. Muchos acudían ahí para pedirle a Cristo algún milagro.
«Los ricos se han quedado pobres y con hambre, pero a los que buscan al Señor nada les falta. Vengan, hijos, y pónganme atención, quiero enseñarles el temor del Señor. ¿Quieres tú que tu vida se prolongue y deseas gozar días felices?, Guarda tu lengua del mal, tus labios de palabras mentirosas.