Un aficionado fue expulsado de un partido del Abierto de Estados Unidos la madrugada del martes, luego que el tenista alemán Alexander Zverev se quejó que el hombre profirió lenguaje del régimen nazi de Adolf Hitler.
"Le he visto jugar en la fase de clasificación, en las dos últimas rondas del cuadro principal, y he visto que es un gran jugador", dijo Djokovic tras el partido número 98 de su carrera en Flushing Meadows, donde sólo es superado por Jimmy Connors (115) y Roger Federer (103).
Pese a ser de generaciones diferentes (el serbio tiene 36 años), Alcaraz y Djokovic mantienen una sana pero vibrante rivalidad y este año han regalado enfrentamientos apasionantes como la final de Wimbledon (triunfo para Carlitos) y la final del Masters 1,000 de Cincinnati (victoria para 'Nole').
En cambio, Djokovic, al margen de la fortuna que pudiera tener en el sorteo, se ha beneficiado de las tempranas eliminaciones de pesos pesados del circuito que iban por su parte del cuadro como el danés Holger Rune (4), el noruego Casper Ruud (5) o el griego Stefanos Tsitsipas (7).
Sin embargo, desde el primer momento se vio que este no era el día de Davidovich. Paul le rompió el servicio en su primer turno al saque del encuentro y solo tardó 27 minutos en cerrar la primera manga, no sin antes conseguir otro 'break'.
Cuando Murray se irrita por algo, como ocurrió en su derrota el jueves ante Grigor Dimitrov por la segunda ronda, Lendl y otros miembros de su equipo— ahora con luz verde para revisar videos y estadísticas en una tableta durante los partidos en Nueva York — pueden ayudar.
A partir de ese set, Djokovic pisó el acelerador y se mostró muy solvente y seguro (34 golpes ganadores por 15 de su contrincante en todo el partido) frente a un Zapata al que le costó mantener el ritmo de la primera manga y que finalmente bajó la cabeza ante la superioridad de su rival.
La tercera cabeza de serie ha pasado a un segundo plano frente a su compatriota Coco Gauff, ya que los aficionados locales esperan ver a una estadounidense levantar el trofeo por primera vez desde 2017, pero dijo que no tiene ningún problema en ceder el protagonismo.
Tsitsipas, finalista en el Abierto de Australia y Roland Garros, nunca ha podido ir más allá de la tercera ronda en Flushing Meadows. Se convirtió en el preclasificado más alto en despedirse luego que el danés Holger Rune (4to) sucumbió ante el español Roberto Carballés Baena en la primera ronda.
El español Carlos Alcaraz, una semana más número uno del tenis mundial según la clasificación ATP, perderá probablemente esa condición en cuestión de horas, si el serbio Novak Djokovic, actual número dos, gana su primer partido en el Abierto de Estados Unidos que comienza este lunes.
El malagueño, que alcanzó recientemente las semifinales del Masters 1,000 de Toronto, se enfrentará en la siguiente ronda al vencedor del encuentro entre el argentino Juan Manuel Cerúndolo (93) y el bielorruso Ilya Ivashka (103).
Había sido otro día agitado en la semana previa al Abierto de Estados Unidos, el torneo que conquistó el año pasado para proclamarse campeón de una cita de Grand Slam por primera vez y, entonces con 19 años, convertirse en el hombre más joven en escalar a la cima del ranking mundial.
Por el contrario, el italiano Sinner, número seis del mundo, viene de ganar un torneo en Toronto, mientras que el alemán Alexander Zverev, finalista perdedor en 2020, ha tenido una sólida preparación con una carrera hasta las semifinales de Cincinnati que incluyó una victoria sobre Medvedev.
"Es uno de los mejores de siempre en nuestro deporte, sin duda. Todo lo que hace es increíble. (Admiro) su fortaleza mental. Nunca se rinde. En el momento más duro, parece que se viene abajo y va a perder, pero siempre se da una oportunidad para seguir jugando y para ganar", dijo.
"Han pasado dos años desde la última vez que jugué aquí y perdí la final con Medvedev, yendo a por el cuarto 'grande' en un año. No jugué bien ese día. Pero la conexión y el amor que recibí de la gente en ese partido y en la ceremonia es algo que sigo llevándome en el corazón", dijo.
La batalla de Alcaraz contra el experimentado serbio por el primer puesto del ránking se desarrolló en gran medida como una rivalidad a distancia a principios de año, debido a las lesiones y a la ausencia forzada de Djokovic en la gira sobre pista dura en Estados Unidos.
En cuartos de final, Alcaraz podría volver a verse las caras con el italiano Jannik Sinner (6), uno de sus rivales más complicados en el circuito y a quien venció en la misma ronda del año pasado en el Abierto de EU en un partido memorable de cinco horas y que acabó casi a las 3 de la madrugada
“Para la gente que desde hace tiempo se ha preguntado sobre el futuro del tenis en la transición de una era dorada en la que tuvimos a varios de los mejores de todos los tiempos compitiendo entre sí simultáneamente”, dijo Lew Sheer, el director ejecutivo de la Asociación Estadounidense de Tenis.
Alcaraz, de 20 años, en plena defensa del número uno del mundo antes de acometer la defensa de su título del Abierto de Estados Unidos, jugará en cuartos contra el australiano Max Purcell, procedente de la fase previa, que se impuso con claridad al suizo Stanislas Wawrinka por 6-4 y 6-2.
Sin contar el duelo de hoy, Davidovich se había enfrentado a Djokovic en cuatro ocasiones con tres victorias para el serbio. Por su parte, Djokovic, número 2 del mundo, no competía en tierras estadounidenses desde la final del Abierto de Estados Unidos perdida en 2021 contra el ruso Daniil Medvedev
