Novak Djokovic esperó. Tuvo que esperar para que Nick Kyrgios perdiera los estribos y desconcentrarse. Esperó hasta encontrar cómo descifrar los potentes saques de su rival. Esperó hasta que apareció su mejor versión.
“Esto no se acabó”, dijo el serbio al finalizar el partido. Luego pronosticó un encuentro “muy emotivo, con muchos fuegos artificiales” el domingo. Aludía al hecho de que Kyrgios es un jugador muy temperamental, que le ganó las únicas dos veces que se midieron.
Ya son 1.820 días los que acumula sin derrumbarse el serbio, que hizo su peor partido del torneo contra un Sinner crecido, pero que supo recuperarse a tiempo para seguir en la búsqueda de su vigésimo primer título del Grand Slam, el que le dejaría a uno del récord de 22 en poder de Rafael Nadal.
Novak Djokovic continúa con su marcha triunfal en Wimbledon y este domingo logró su victoria consecutiva número 25 en Wimbledon, rumbo a cuartos de final, ante el holandés Tim Van Rijthoven (6-2, 4-6 y 6-2).
Djokovic se ha contagiado de covid en dos ocasiones, una cuando organizó en abril de 2020 el Adria Tour en Belgrado y otra a finales de año, también en su ciudad natal, positivo que le facilitó, en principio, poder viajar a Melbourne con una exención médica, aunque más tarde fue deportado.
"Debo decir que estoy bastante satisfecho con la forma en que he elevado el nivel de mi tenis en dos días", sostuvo Djokovic. "Espero poder mantener esa trayectoria, seguir mejorando a medida que avanza el torneo. Obviamente, sólo pienso en el próximo desafío y espero que las cosas vayan mejorando"
Kokkinakis, que ganó en estas pistas en 2013 junto a su compatriota Nick Kyrgios en dobles júnior, se ha quedado muy por detrás de lo que un día vislumbraba cuando era mucho más joven, o cuando consiguió derrotar al suizo Roger Federer en Miami 2018.
El balear, que no jugaba en estas pistas desde que perdió las semifinales de 2019 ante Roger Federer, se desperezó después de una gira de hierba consistente de entrenamientos en el All England Club y dos exhibiciones en Hurlingham que dejaban extraer pocas conclusiones sobre su estado.
Su primera participación en el cuadro principal fue en 1999, cuando perdió en primera ronda contra el checo Jiri Novak. En el 2000 también perdió en primera ronda, contra el ruso Yevgeny Kafelnikov, y no fue hasta el 2001 cuando consiguió su primer triunfo en el All England Club.
La aventura serbia hacia el séptimo Wimbledon y hacia la caza de Rafael Nadal, comenzó con susto, pero siempre bajo la atmósfera de control que impregna Djokovic en estas pistas, donde solo le opaca el idilio que Roger Federer ha mantenido con este torneo y que ha empequeñecido sus logros.
El español ultima estos días su preparación para Wimbledon con los entrenamientos en el All England Club, donde ya ha completado tres, y con la exhibición de Hurlingham, en la que disputó este miércoles el primero de los dos partidos que tiene programados.
Djokovic, que disputa por primera vez este torneo de exhibición, no tuvo excesivos problemas para deshacerse de un Auger-Aliassime que sufrió mucho con el servicio y que cometió bastantes dobles faltas, lo que le llevó a perder en cinco ocasiones su saque.
Con el top10 sin apenas cambios, sólo el polaco Hubert Hurkacz entra en el décimo puesto, la clasificación mundial de la ATP contempla como uno de sus iconos de los últimos años, el suizo Roger Federer, está a punto de abandonar el top 100 ya que figura en el puesto 96, tras perder 28 peldaños.
La clasificación mundial de la ATP despide al serbio Novak Djokovic como número 1, diez semanas después, y encumbra al ruso Daniil Medvedev, que llega a lo más alto del podio por cuarta vez en su carrera.
No habrá puntos de clasificación, sin embargo, Wimbledon repartirá un premio récord de 40,3 millones de libras (50,5 millones de dólares) y acogerá por primera vez en tres años un aforo completo en el campeonato de tenis de este año.
"Eso es lo que vamos a intentar. Si eso funciona, voy a seguir adelante. Si no funciona, entonces será otra historia. Y entonces me voy a preguntar si estoy preparado para hacer algo importante sin estar seguro de que las cosas van por el camino correcto, por ejemplo".
Polo blanco, pantalón vaquero, rostro tranquilo tras haber levantado su decimocuarto Roland Garros, Rafael Nadal atiende a la Agencia EFE en un impresionante salón rodeado de espejos y estatuas barrocas en el hotel donde, por vez primera, ha afrontado el Grand Slam de París.
Rafael Nadal probablemente no habría jugado ningún Grand Slam que no fuera el Abierto de Francia con su lesión crónica en el pie que necesitó inyecciones para mitigar el dolor en París, dijo el lunes el 14 veces campeón de Roland Garros.
Sus problemas crónicos en el pie izquierdo hacen peligrar la presencia de Rafael Nadal en el torneo de Wimbledon y ponen en duda su futuro en el tenis. Pase lo que pase, no obstante, su legado como uno de los grandes del deporte está asegurado.
Dada su edad y, lo que es más preocupante, el dolor crónico de pie izquierdo que ha sido un problema intermitente durante años, Nadal ha dicho repetidamente en los últimos días que nunca puede estar seguro de si cada partido en la cancha Philippe Chatrier podría ser su último.
