Editoriales
Latinoamérica reclama igualdad y democracia
La crisis económica y el estancamiento han provocado una ola de protestas ciudadanas y una demanda de más transparencia y un estado de bienestar eficiente en toda la región.
La crisis económica y el estancamiento han provocado una ola de protestas ciudadanas y una demanda de más transparencia y un estado de bienestar eficiente en toda la región.
Bolivia se ha convertido este domingo en un símbolo. La renuncia de Evo Morales es el síntoma del agotamiento de un modelo que había generado una fuerte contestación social y al mismo tiempo la preocupante demostración de que el poder en América Latina depende aún hoy de las Fuerzas Armadas.
En la respuesta articulada en Palacio Nacional a la evaluación general del fracaso de la ejecución de una orden de aprehensión contra una figura emblemática del Cártel de Sinaloa, se contrastó el concepto del cumplimiento de la ley contra la idea del riesgo para la vida de las personas.
Las protestas repentinas y la furia manifestada diariamente en las calles habría sido una situación sorpresiva en cualquier otro lugar. Pero que haya sucedido en el país que con frecuencia es elogiado como el ejemplo de éxito económico de América Latina ha conmocionado al mundo.
La admisión de que la operación fue precipitada representa una humillación para el Ejército. Los militares han sido punta de lanza en esta lucha. Sus bajas se cuentan por cientos. Las Fuerzas Armadas están poco acostumbradas a admitir una derrota como la que concedió el secretario de la Defensa.
En 2011, Carlos Pascual, embajador de Estados Unidos en México, se convirtió en el primer embajador estadounidense en verse obligado a renunciar. Una serie de cables que Pascual envió a Washington, publicados en WikiLeaks, revelaron que cuando las autoridades estadounidenses identificaban...
Las protestas actuales surgen en un contexto de desaceleración o crisis económica. América Latina salió prácticamente indemne de la crisis global de 2008, pero ahora resulta la región más golpeada. El Fondo Monetario Internacional esta en el centro de mira de casi todas las manifestaciones.
El presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, asumió en diciembre prometiendo evitar repetir las “políticas fallidas” de las administraciones anteriores que hicieron poco para detener la ola de violencia que costó unas 29,000 vidas el año pasado.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró el éxito en Siria el miércoles y ofreció una escena para el recuerdo aludiendo a su promesa de campaña de que pondría fin a la implicación de Estados Unidos en “guerras infinitas”.
Los mandarines de la economía mundial han desfilado estos días por la sede del FMI en Washington. Por sus pasillos es fácil toparse, por ejemplo, con Pierre Moscovici, comisario europeo de Asuntos Económicos, que además de un resfriado arrastra un pronóstico de crecimiento bastante deprimente.
Un país con una micro minoría de beneficiarios y con una inmensa mayoría, compuesta por más de ciento veinte millones de seres humanos, a los que les atañen única y exclusivamente las obligaciones: así, además de la desigualdad y la corrupción, se encarna la injusticia y la coerción extraeconómica.
Al mismo tiempo que hay información que salva vidas y es gloriosa, hay otra que mata y es tóxica. La desinformación, el fraude y la manipulación que fomenta el conflicto están teniendo un auge tan acelerado como la información extraída de las masivas bases de datos digitalizados.
El horizonte judicial es desolador. Más de la mitad de los acusados —77 de 142— ya han sido liberados. De todos los implicados, apenas una treintena están imputados por la desaparición de los 43 estudiantes, según datos del Centro Prodh, un organismo independiente que ha seguido todo el caso.
Cuando durante dos o tres trimestres consecutivos se produce una pérdida generalizada de la actividad económica podríamos hablar técnicamente de la presencia de una recesión, si bien la validez de dicha doctrina todavía se discute entre los expertos.
El presidente López Obrador, en el mensaje de su primer informe de Gobierno el 1º de septiembre, urgió al Congreso a “establecer el mecanismo de revocación del mandato como una forma efectiva de control” y a “que elimine las trabas legales para la aplicación del método de la consulta popular”.
Ha llegado el momento de ser asertivos frente a Washington: no podemos seguir eludiendo la confrontación con Trump cuando sea necesario hacerlo. Como han demostrado otros líderes —como Emmanuel Macron o recientemente la primera ministra danesa, Mette Frederiksen.
La crisis migratoria que ha desatado el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, es una enorme oportunidad económica para México. Si la sabe aprovechar.
El sábado terminó la vigencia de uno de los mejores acuerdos internacionales del siglo XX, el tratado sobre la limitación de misiles nucleares de medio alcance, como resultado de su denuncia por Estados Unidos ante los incumplimientos por parte de Rusia y de la ausencia de cualquier voluntad...
La economía mexicana esquiva la recesión por la mínima. El PIB del país norteamericano creció un 0,1% en el segundo trimestre de 2019, según ha informado este miércoles la oficina estadística mexicana (Inegi).
Empecemos por aclarar lo evidente: sí, Donald Trump es un vil racista. De manera habitual usa un lenguaje deshumanizante para referirse a la gente que no es de piel blanca, incluidos los miembros del congreso estadounidense.