Fuertes aguaceros golpeaban Corea del Sur el lunes por noveno día consecutivo, mientras los rescatistas trataban de buscar sobrevivientes de deslaves, derrumbes y vehículos anegados en la tormenta más destructiva que ha golpeado el país este año.
El noreste de Estados Unidos comenzaba el lunes a recuperarse de lluvias torrenciales que causaron por lo menos cinco muertes por inundaciones en Pensilvania.
Más de 80 millones de personas estaban este domingo bajo advertencias oficiales o pronósticos de olas de calor excesivo en estados del oeste, sur y sureste de Estados Unidos, azotados en algunos casos por temperaturas récord.
Esta primavera se produjeron 22 tornados en el área metropolitana expansiva de Chicago, igualando la máxima cantidad en la región en un solo día calendario, o en un lapso de 24 horas, según el servicio meteorológico. El récord de 22 tornados se había establecido previamente el 30 de junio de 2014.
Un hombre que murió ahogado en su casa representa el primer deceso en Vermont relacionado con las tormentas recientes e inundaciones históricas, informó la agencia de manejo de emergencias del estado.
“Por favor no vayan a ninguna parte de Louisville o el condado Winston a menos que sea una emergencia incuestionable”, dijo el alcalde Will Hill en Facebook. “Esta no es una inundación repentina típica y como nada que hayamos experimentado en nuestra zona, tal vez jamás”.
Turistas en Atenas se agolpaban bajo rociadores y a los animales del zoológico de Madrid los alimentaban con verduras y frutas congeladas en medio de una ola de calor en el sur de Europa con pronósticos graves anunciados por la agencia espacial de la Unión Europea.
Según declaraciones de un administrador de emergencias al meteorológico, un techo se desprendió en la comunidad de Huntley, en el condado McHenry, y una persona capacitada como vigía climático dijo que hubo caída de árboles y techos en el condado Cook, en el que se ubica Chicago.
“No estamos fuera de peligro”, comentó Scott. “Esto no está ni cerca de terminar”. Tuiteó que no había paso en los caminos alrededor de su hogar el martes por la mañana, por lo que tuvo que atravesar el bosque para llegar al centro de respuesta de emergencias del estado.
Las inundaciones retrocedían el miércoles en las localidades de Vermont azotadas por una tormenta que hizo caer el equivalente a dos meses de lluvia en dos días, lo que permitió a las autoridades concentrarse en recuperarse del desastre que atrapó a residentes en sus hogares y obstruyó calles.
Los residentes del suroeste de Estados Unidos, acostumbrados a los veranos abrasadores, están sintiendo una ola de calor extremo que azota a Arizona, Nevada, Nuevo México y el sur de California esta semana con temperaturas de más de 37 grados Celsius y advertencias de calor excesivo.
Una tormenta se alejaba el martes tras dejar la lluvia de dos meses en Vermont y saturar otras zonas del nordeste, aunque se esperaban más inundaciones después de que el agua cortara el acceso a algunas poblaciones, incluida la vía principal a la capital del estado.
Vermont es uno de los más afectados de la región: las mediciones de agua se han situado hasta ahora entre 7 y 15 centímetros, y se espera que lleguen a 5 centímetros en las próximas horas en zonas que revisten "peligro de muerte", incluyendo una veintena de localidades y el aeropuerto de Rutland.
El Aeropuerto Internacional de Miami (MIA) registró este viernes la temperatura récord de 97 grados Fahrenheit (36 grados Celsius), con una sensación térmica que alcanzó los 110 grados Fahrenheit (43 grados Celsius) a lo largo de costa este de Florida, señaló el Servicio Meteorológico Nacional.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha firmado este viernes una declaración de desastre por las inundaciones registradas a finales de abril en el estado de Maine, por lo que el Gobierno podrá liberar así las ayudas correspondientes para poner en marcha labores de recuperación.
La temporada de huracanes en el Atlántico podría aumentar a 18 tormentas tropicales con nombre y 9 huracanes, de los cuales 4 serían de categoría mayor debido al "calor anómalo extremo" registrado en la superficie marina, según una actualización de la Universidad Estatal de Colorado (CSU).
Más al norte, había posibilidad de tormentas desde Dakota del Norte y del Sur y Minnesota hacia el sur a través de Kansas y Missouri, poniendo en peligro las parrilladas y espectáculos de fuegos artificiales. En el sureste de Dakota del Sur cayó granizo del tamaño de pelotas de ping pong.
La oficina del Servicio Meteorológico Nacional en Phoenix pronostica 46,6 ºC (116 ºF) para el lunes, apenas 2 ºF por debajo del récord para esa fecha, impuesto en 1907, antes de que el termómetro descienda unos cuantos grados en los siguientes tres días.
Las olas de calor, como la que envolvió partes del sur y el centro-norte de Estados Unidos y mató a más de una docena de personas, son cada vez más comunes, advirtieron los expertos, que afirman que los fenómenos meteorológicos extremos, cobran más vidas que los huracanes y los tornados.
Un calor abrasador al que se atribuyen al menos 13 muertes en Texas y otra en Luisiana se extendió el miércoles por el sureste de Estados Unidos, ampliando las advertencias de temperaturas peligrosas hacia el este, hasta Mississippi y Tennessee.
