COMO ANILLO AL DEDO
La guerra de Bin Salman
Mohamed Bin Salmán, el impetuoso príncipe heredero de Arabia Saudí y auténtico gobernante del reino del desierto, está en horas bajas.
Mohamed Bin Salmán, el impetuoso príncipe heredero de Arabia Saudí y auténtico gobernante del reino del desierto, está en horas bajas.
Nadie va a lamentar que este huracán se haya ido. El dolor es que llegara. Su paso durante 17 meses por la Casa Blanca ha añadido el riesgo máximo a una presidencia que es ella misma un riesgo permanente e insuperable.
El pasado domingo 1º de septiembre en cumplimiento a lo que establece el texto constitucional y en representación del Presidente de la República, la Secretaria de Gobernación entregó al Congreso de la Unión el primer informe de gobierno de la presente Administración.
El presidente Andrés López Obrador avaló el anuncio del jefe criminal Joaquín "El Chapo" Guzmán para que la riqueza que le sea confiscada por el gobierno de Estados Unidos pase a manos de las comunidades pobres e indígenas de su país.
El Parlamento británico no se dejó impresionar este martes con la popularidad de Boris Johnson ni se amilanó ante sus bravuconadas.
Somos televidentes –espectadores a la distancia- de una escena traumática repetida hasta el hartazgo y nuestra capacidad de concebir una nueva imagen insurrecta parece haber quedado obturada en ese mismo bucle de frustración revolucionaria.
Con su pelo rubio cardado, sus aires sureños y su profunda fe en las ideas conservadoras del Partido Republicano, podría ser un trasunto de una Doris Day o incluso una Betty Ford cualquiera.
Esa noche del 2 de julio del año 2000, en la explanada del Instituto Federal Electoral gritamos, lloramos, nos abrazamos. Repetíamos sin cesar: “logramos sacar al PRI de Los Pinos”. “Logramos una transición votada”. Eran momentos de algarabía, de triunfo compartido.
La palabra fetiche es "volver". Como en la canción. "Volvé Cristina", grita la multitud. "Quiero que la gente vuelva a ser feliz", dice ella desde el escenario.
El debate público mexicano ha caído en el uso de ciertas palabras que sirven de tapadera de nuestras verdaderas contradicciones. El “estado de derecho” oculta las injusticias con su sola mención. La “democracia”, las desigualdades y los niveles de violencia que viven sus ciudadanos.
El presidente de Brasil es perverso, un tipo de persona que solo mantiene los dientes (temporalmente, al menos) lejos de quienes son de su sangre o de quienes le menean el rabo a sus ideas. Y solo mientras estén meneando el rabo: si paran, también los mastica.
El levantamiento que derrocó a los dirigentes de Puerto Rico podría remontarse a un día del presente mes cuando el gobernador, Ricardo Rosselló, ni siquiera estaba en la isla: estaba de vacaciones en Europa, alimentando su Instagram con fotos de él y su esposa sonriendo y disfrutando de París.
Es difícil escuchar un pronunciamiento de Nicolás Maduro sin una referencia a la noción de imperialismo, un saco en el que el mandatario chavista suele meter todo lo que se aleja de su proyecto político.
No es una labor sencilla lograr que Boris Johnson se haga responsable de sus actos. Basta preguntarle a John Palmer, quien lo intentó hace treinta años, cuando ambos eran reporteros que cubrían temas sobre Europa para periódicos británicos.
Al ya exembajador de Reino Unido en Estados Unidos Kim Darroch le cayó todo el peso de Twitter, es decir, del presidente norteamericano, Donald Trump. Cayó en desgracia tras la filtración de unos memos que remitió a sus jefes en Londres desde 2017.
Trump controla a su gabinete por medio del miedo, en tanto AMLO a su vez tiene también amedrentado al suyo integrado por personajes que niegan a diario las evidencias más palpables.
Estas publicaciones pretenden presentarse a los lectores como claves para entender la crisis de 200,000 homicidios y 40,000 desaparecidos que afecta a México desde que fue iniciada la estrategia de seguridad del Gobierno de Felipe Calderón, en 2006.
Donald Trump ya no tendrá que preocuparse por construir y financiar su muro; México se ha erigido en él. Seremos la barrera entre los inmigrantes y un presidente que los presenta como una amenaza de seguridad nacional.
El conflicto migratorio —arancelario— que hoy enfrenta a México y Estados Unidos es consecuencia de muchos factores, pero a la cabeza de esas circunstancias están dos presidentes más interesados en quedar bien con su mercado electoral que con tomar decisiones de Estado.
"Las discusiones de inmigración en la Casa Blanca con representantes de México han terminado por hoy (miércoles). Hubo progreso, pero ni de cerca es lo suficiente!", tuiteó el mandatario estadounidense.