Reportajes
Cruzaron 3,200 kilómetros para llegar a frontera EU desde Guatemala y luego los golpeó la tragedia
La llamada de emergencia al 911 sonó en la estación de Tucson de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos cerca de la medianoche.
La llamada de emergencia al 911 sonó en la estación de Tucson de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos cerca de la medianoche.
Tres millones de venezolanos han huido de la crisis económica y política en su país, el mayor número desde 2015, dijo Naciones Unidas el jueves.
Una serie de caravanas de migrantes centroamericanos con destino hacia Estados Unidos podría enturbiar el acercamiento entre el próximo líder de México y el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, quien ha criticado la migración ilegal para dinamizar su base electoral.
La economía, la inmigración y la polarización política son algunos de los temas en la mente de los votantes el día de las elecciones de medio turno en Estados Unidos. Aquí una muestra de estadounidenses y sus opiniones.
Mis mejores amigos y yo intentamos ir a acampar en un río en el norte de California cada verano, con la esperanza de que se vuelva tradición. Lo hemos hecho tres de los últimos cuatro años. Este año, debido a que el caudal del río Ruso estaba bajo, nos dirigimos más al oeste del sitio habitual.
Uno por uno, de a cinco por tumba, los ataúdes eran enterrados en la tierra roja de este rincón de un cementerio sudafricano mal mantenido. La inscripción en la madera barata revela la anonimidad de estos muertos: "Desconocido B/Hombre".
Poco a poco, las enfermedades, el miedo y el acoso policial están mermando la caravana de migrantes que viaja hacia la frontera de Estados Unidos y muchos de los entre 4,000 y 5,000 que acamparon durante la noche bajo lonas de plástico en una ciudad del sur de México se quejaron de agotamiento.
El tránsito en el puente del río Suchiate, que une esta ciudad guatemalteca con México, usualmente es poco. Para los agentes migratorios y de aduana que están en cada orilla el ritmo es poco, casi soporífero.
Hace algunos años, la escritora Nikki Giovani me dio unos consejos para escribir sobre la vida de figuras públicas; la mayoría de ellos los entendí y anoté en un cuaderno. Sin embargo, uno de ellos me dejó perplejo: "Si recibes una carta de alguien en prisión, asegúrate de responder".
No te portes mal. No te sientes en el suelo. No compartas tu comida. No uses apodos. Y es mejor si no lloras; hacerlo podría afectar tu caso.
Yeni González dejó su casa en una zona rural de Guatemala a mediados de mayo. Días después, por la noche, cruzó la frontera sur de Estados Unidos con sus tres pequeños hijos. La Patrulla Fronteriza los recogió, dijo, y los llevó a todos a un centro de detención cerca de Yuma, Arizona.
Casi inmediatamente después de que el presidente estadounidense Donald Trump asumió el cargo, su gobierno empezó a sopesar una medida que por años se había catalogado como la "alternativa nuclear", para disuadir a los inmigrantes de ingresar ilegalmente a Estados Unidos.
Durante tres minutos, Iván abrazó a su familia, se olvidó del miedo, acortó las distancias y venció el muro entre México y Estados Unidos que tanto promueve el presidente Donald Trump.
Tras unas semanas en las que intentaron emprender unos trámites que no terminaban de despegar -todo era "demasiado lento"-, Donaldo decidió sumarse al viacrucis, con el anhelo de alcanzar Misisipi, donde les esperan otros familiares ya asentados.
Tres millones de migrantes mexicanos repatriados de Estados Unidos desde los tiempos del ex presidente Barak Obama están la deriva y son vistos con suspicacia por sus propios compatriotas bajo la sospecha de que tienen antecedentes criminales.
Rodríguez dijo que tenía esperanzas de que la juventud de Venezuela pudiera provocar un cambio. Al igual que muchos de sus compatriotas, salió a las calles para protestar contra Maduro el año pasado, solo para quedar desconsolada cuando el mandatario consolidó su autoridad.
Durante las últimas tres semanas, Wilya Hernández ha estado durmiendo en las calles atestadas de basura de Cúcuta, una ciudad caótica en la frontera con Venezuela que vive un crecimiento descontrolado. Está acompañada por su esposo y Antonela, su hija de 2 años.
En Yucuná, como suelen abreviar los locales, virtualmente todos los habitantes son pobres, de acuerdo con el indicador multidimensional publicado en diciembre por el ente que evalúa la política social en México, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval).
Muchas familias aquí dependen de las remesas que sus familiares les envían desde el Norte para pagar medicinas para los ancianos y útiles escolares para los jóvenes. Sus familiares en Estados Unidos usan el dinero que ganan para financiar una feria en el pueblo cada septiembre.
Un ejemplo práctico de uno de esos miles de hondureños, salvadoreños y guatemaltecos, principales focos de esa inmigración que huye de la violencia y que ya no podrá volver a intentar llegar a Estados Unidos, destino prioritario de ese largo y tortuoso camino, es Saúl.