NACIONAL - Política
El PRI cambia cúpula tras aplastante derrota electoral
El partido gobernante de México nombró el lunes un nuevo líder, tras la aplastante derrota en los comicios presidenciales del 1 de julio que cimbró al poderoso partido.
El partido gobernante de México nombró el lunes un nuevo líder, tras la aplastante derrota en los comicios presidenciales del 1 de julio que cimbró al poderoso partido.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha perdido el rumbo durante las elecciones. René Juárez Cisneros ha dimitido este lunes como presidente de la formación política después de permanecer al frente de ella durante dos meses y medio.
El Partido Revolucionario Institucional y el Partido Acción Nacional (PAN) comenzaron hoy a mover sus piezas rumbo a una inminente reestructuración, después de que la contundente victoria del izquierdista Andrés Manuel López Obrador revelara la necesidad de un cambio de rumbo.
El presidente del Partido Revolucionario Institucional de México, René Juárez Cisneros, renunció hoy al cargo, que ostenta desde hace menos de 70 días, y afirmó que los malos resultados electorales del 1 de julio se explican por la distancia que se ha creado entre la cúpula y los militantes.
El 23 de julio, Porfirio Muñoz Ledo (Ciudad de México, 1933) cumplirá 85 años. Su currículum político es también un testimonio vivo del poder en México. Fue presidente del PRI, ministro de Estado en dos Gobiernos y embajador de México ante Naciones Unidas durante seis años.
Una treintena de militantes y antiguos cargos del conservador Partido Acción Nacional (PAN) exigieron hoy en una carta la renuncia de su candidato presidencial, Ricardo Anaya, y de toda la dirección del partido tras perder las elecciones mexicanas del pasado 1 de julio.
La información es contundente: Morena y su coalición obtuvieron casi el doble de votos que el PRI. "Aquí todos éramos priistas y no le hacíamos caso a nadie más, pero empezamos a ver que ya no nos escuchaban, además a la gente ya no le alcanza el dinero y nadie les ayuda".
El Partido Revolucionario Institucional, que gobernó a México los últimos 76 años con una pausa de apenas 12 y es la formación política más antigua de América Latina, comenzó a enfrentar los primeros brotes de una rebelión que podría ir en ascenso.
El nombre de este municipio se ha vuelto sinónimo del dominio del partido sobre la vida política de México. La gente habla del Grupo Atlacomulco, una agrupación legendaria de líderes empresariales y políticos con raíces en esta región y que tiene una gran influencia sobre el PRI y la nación.
El varapalo del domingo, propinado por Andrés Manuel López Obrador, ha hecho ver aquel descalabro como anecdótico. Los resultados del 1 de julio obligan tanto al PRI como al conservador Partido Acción Nacional (PAN) a abrir un periodo de autocrítica y comenzar sendas sucesiones internas.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, recibió hoy al candidato presidencial del Partido Revolucionario Institucional, José Antonio Meade, quien perdió las elecciones del pasado domingo y le deseó "éxito a él y a su familia en los proyectos personales y profesionales que emprendan".
La colosal derrota del PRI en las urnas el pasado domingo ofrece lecturas variadas: ¿Qué pesó más en la conciencia de los electores? ¿Fue la corrupción? ¿Acaso la violencia y la inseguridad? ¿Un jalón de orejas por la inflación, por el aumento del precio de la gasolina?.
La autoridad electoral de México dijo el miércoles que podría sancionar con hasta 10.14 millones de dólares al partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena), del presidente electo Andrés Manuel López Obrador, por posibles omisiones en su reporte de ingresos.
El revés electoral dejó al PRI como tercera fuerza en el próximo Congreso mexicano tras haber tenido la mayoría en el actual, además de que no pudo conservar la presidencia de México que ganó en 2012 con el presidente Enrique Peña Nieto.
El municipio de Atlacomulco, tierra natal del presidente mexicano, Enrique Peña Nieto, y feudo del gobernante Partido Revolucionario Institucional (PRI), votó este domingo en su mayoría por el izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) de Andrés Manuel López Obrador.
López Obrador, autoproclamado izquierdista y populista, mantuvo una ventaja de dos dígitos en las encuestas a lo largo de la campaña, mientras que el mensaje del candidato del PRI, José Antonio Meade, nunca ganó terreno.
La transición en México comenzó y tanto el presidente saliente, el priista Enrique Peña Nieto, como su sucesor electo y antiguo rival político, Andrés Manuel López Obrador, decidieron que se hará de manera ordenada y pacífica.
La sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI) era un desierto la noche del 1 de julio. El partido del Gobierno lo perdió casi todo. José Antonio Meade reconoció su derrota como candidato presidencial.
Por México al Frente, la improbable coalición de las dos fuerzas tradicionales de izquierda y derecha mexicana, nació como una pasarela electoral para aupar hasta la cima a su candidato: Ricardo Anaya.
La abrumadora victoria de Andrés Manuel López Obrador fue tal que las expectativas generadas deberán traducirse pronto en hechos para no rememorar el fantasma de la alternancia. México convirtió el domingo al tres veces candidato en el presidente con más respaldo de la historia reciente del país.