Las autoridades libias impidieron el viernes la entrada de civiles a la ciudad oriental de Derna, devastada por las inundaciones, para que los rescatistas puedan buscar entre el lodo y los escombros de los edificios a las 10,100 personas que siguen desaparecidas.
Asimismo, ha manifestado en declaraciones concedidas a la cadena de televisión Al Arabiya que la presa de la ciudad, que reventó poco después de que otra situada río arriba se derrumbara por la presión del agua, llevaba sin mantenimiento desde 2008 a causa de la crisis política en el país africano.
Los primos de Mahmoud al-Baseer vivían a menos de un kilómetro (media milla aproximadamente) de una de las represas. Sobrevivieron, dijo, corriendo rápidamente a los pisos superiores de su edificio de apartamentos de tres pisos y tuvieron suerte de que la estructura resistiera.
La ayuda internacional empezó a llegar esta semana a Bengasi, 250 kilómetros (150 millas) al oeste de Derna. Egipto, Argelia y Túnez han enviado rescatistas y provisiones, lo mismo que Turquía, Italia y Emiratos Árabes Unidos. Los gobiernos del Reino Unido y Alemania han enviado provisiones.
La ciudad de Darna ha enterrado a miles de personas en fosas comunes, dijeron funcionarios el jueves, mientras los equipos de socorro recorrían las ruinas y el alcalde dijo que la cifra de muertos podría triplicarse.
"También hay temor sobre la posibilidad de enfermedades transmitidas por el agua, dado que la infraestructura de sanidad e higiene ha sufrido graves daños. El acceso a agua potable e instalaciones de higiene será necesario para evitar una mayor crisis dentro de una crisis", ha apostillado.
La cifra de muertos por las inundaciones que golpearon la ciudad oriental libia de Derna superó el miércoles las 5,000 personas y se esperaba que siguiera subiendo, según un funcionario de salud, mientras las autoridades trataban de llevar ayuda a la ciudad costera.
La ciudad de Derna, en el este de Libia, enterró a 700 víctimas de unas inundaciones devastadoras entre reportes de 10,000 desaparecidos en el país. Equipos de rescate trataban de recuperar muchos más cuerpos tras el espantoso aluvión, según dijeron las autoridades el martes.
Se teme que alrededor de 2,000 personas han muerto en Libia luego que la tormenta mediterránea Daniel provocara inundaciones devastadoras que arrasaron barrios enteros y destrozaron viviendas en varias ciudades costeras de la nación norteafricana, indicó el lunes uno de los gobernantes de Libia.
Pakistán amplió el lunes su búsqueda de traficantes de personas tras un naufragio registrado frente a la costa griega la semana pasada en que murieron ahogados más de 500 inmigrantes, muchos de ellos paquistaníes, informaron autoridades.
Agencias humanitarias y gobiernos redoblaban sus esfuerzos el martes por enviar ayuda a las zonas de Siria y Turquía afectadas por terremotos, mientras los rescatistas seguían sacando sobrevivientes de entre las ruinas más de 200 horas después de que la devastación se abatiera sobre la región.
El sismo que azotó Turquía y Siria ha dejado más de 17,000 muertos, según los últimos balances oficiales. Regiones enteras han quedado devastadas por los temblores, que también dejaron decenas de miles de heridos. Esto es una síntesis de lo que se sabe de la catástrofe.
Las misiones médicas fueron suspendidas, escasean los medicamentos y los precios de carnes de camello, cabra o pollo están por las nubes, relató Dahaba Chej Baha, una refugiada, madre de una pequeña de 3 años que llevaba tres horas esperando por un envío de un tanque de gas.
Desde Hong Kong hasta Jartum, de Bagdad a Beirut, de Gaza a París, de Caracas a Santiago, la gente tomó las calles en el 2019 para exigir libertad, soberanía o simplemente una vida menos dura mientras unos pocos prosperan. Parecía que reinaba la agitación en todos lados menos en Estados Unidos.
Cinco mujeres murieron y otras cinco, incluyendo un niña, resultaron heridas luego de un bombardeo que alcanzó sus casas cerca de la capital de Libia, Trípoli, dijo el jueves un funcionario de salud del gobierno libio reconocido por Naciones Unidas.
Apenas unos días después de declarar una batalla “final” y decisiva por la capital, Trípoli, se produjeron combates intensos durante un período de 24 horas entre las fuerzas del comandante rebelde libio Khalifa Hifter y una serie de milicias aliadas con un gobierno débil apoyado por la ONU.
Un ataque aéreo contra una fábrica de galletas en la capital de Libia mató a por lo menos siete trabajadores, incluidos cinco ciudadanos extranjeros y dos libios, informaron autoridades el lunes.
Los migrantes que sobrevivieron el mortal ataque aéreo sobre un centro de detención libio dijeron el jueves que fueron reclutados por la milicia local para trabajar en un taller de armas.
Las intensas precipitaciones caídas en el suroeste de Libia desde finales de mayo provocaron graves inundaciones que causaron cuatro muertos y obligaron a más de 2,500 personas a abandonar sus hogares, dijo el viernes la agencia de Naciones Unidas para los refugiados.
Unos 3,000 extranjeros se encuentran encerrados en centros de detención a merced de los enfrentamientos entre milicias, en medio de la ofensiva contra la capital de Jalifa Haftar. Varios de ellos han resultado heridos de bala durante un tiroteo en Qasr bin Gashir.
