PANORAMA NORTEAMERICANO
Orden y desorden
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la congelación de los fondos que su país aporta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), equivalentes al 15% de su presupuesto.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció la congelación de los fondos que su país aporta a la Organización Mundial de la Salud (OMS), equivalentes al 15% de su presupuesto.
En las próximas semanas y meses decenas de millones estadounidenses recibirán un cheque con el nombre del presidente Donald Trump impreso.
En las primarias demócratas y las elecciones presidenciales de 2020, que se celebrarán en noviembre, no solo está en juego el futuro de Estados Unidos, sino también el impacto de su siguiente presidencia en el resto del mundo.
La pandemia se puede llevar por delante a Donald Trump en noviembre. Ha sucedido lo que muchos políticos temen: un suceso inesperado y grave que obliga a retratarse, en el que no sirven los asesores y las mentiras.
En las primarias demócratas y las elecciones presidenciales de 2020, que se celebrarán en noviembre, no solo está en juego el futuro de Estados Unidos, sino también el impacto de su siguiente presidencia en el resto del mundo.
Joe Biden ha tropezado una y otra vez contra una barrera infranqueable en el oeste del país, donde el voto hispano ha mantenido viva la campaña de Bernie Sanders.
Exageraciones, gracietas, imprecisiones y, a veces, sencillamente datos falsos. La actitud de Donald Trump al frente de una pandemia agresiva y global como la del coronavirus no se ha desviado del manual político del presidente de Estados Unidos, el manual de un showman.
Antes del comienzo de las primarias en enero, el Partido Demócrata se presentaba ante sus votantes como una formación descabezada con media docena de precandidatos y un electorado desencantado.
Nada de su perfil garantiza ganar unas elecciones presidenciales o primarias, pero lo que nadie esperaba es que la senadora no lograse ningún éxito en ninguna de las votaciones que comenzaron el 3 de febrero.
El moderado de centroizquierda Joe Biden venció con nitidez al socialdemócrata Bernie Sanders en las decisivas primarias del Partido Demócrata, lo que le coloca como su gran aspirante a la presidencia de EE UU. Biden se impuso en 9 de los 14 Estados y en el total de votos del conjunto.
Hace menos de un mes, la campaña de Joe Biden caía en picada. A pesar de haber remontado en Carolina del Sur, enfrentaba la crucial competencia del Súper Martes con escasos fondos y ninguna infraestructura de campaña visible. Todo eso ha quedado atrás.
Se espera que los latinos conformen el bloque votante no blanco más grande en 2020. Por todo el país, los demócratas latinos están buscando al candidato que esté en mejor posición para enfrentar al presidente Donald Trump, al cual muchos ven como una amenaza por su retórica antinmigrante.
Las elecciones están llenas de incertidumbre. Sanders podría ganarlas por muchos motivos. El país está dividido casi por la mitad sea quien sea el candidato, los votantes indecisos son impredecibles, las matemáticas electorales son complicadas, Trump tiene innumerables puntos débiles.
Bernie Sanders ha pasado buena parte de su carrera en los márgenes de la política, un forastero mirando hacia dentro. Ahora, el reivindicativo político está descubriendo lo que es ser el favorito en un gran partido político.
El eslogan de la campaña presidencial de Michael Bloomberg es escueto y de una elocuencia pasmosa: “Mike lo hará”. Sacar a Trump de la Casa Blanca es la prioridad de más o menos la mitad de los estadounidenses de cara a las elecciones de noviembre, y el candidato demócrata dice que “lo hará”.
En las primarias demócratas y las elecciones presidenciales de 2020, que se celebrarán en noviembre, no solo está en juego el futuro de Estados Unidos, sino también el impacto de su siguiente presidencia –si es que la hay– en el resto del mundo.
En las primarias demócratas y elecciones presidenciales de 2020, que se celebrarán en noviembre, no solo está en juego el futuro de Estados Unidos, sino también el impacto de su siguiente presidencia –si es que la hay– en el resto del mundo.
La última salvaguarda es la elección del 3 de noviembre. Si Donald Trump consigue saltársela, no sabemos lo que nos espera. A los ciudadanos de Estados Unidos, ciertamente, pero también a los habitantes del resto del planeta, y especialmente a los aliados europeos.
Unos 32 millones de latinos podrían votar en las elecciones presidenciales de Estados Unidos. Las campañas de los candidatos demócratas esperan atraerlos.
El juego de tronos de la izquierda en Estados Unidos se libra simbólicamente en el Reino de Satán. Que nadie busque en este paraje inhóspito, a orillas del río Connecticut, ni a Bernie Sanders ni a Elizabeth Warren, los dos candidatos del ala más progresista en las primarias del Partido Demócrata.