Son tantos los migrantes que se han detenido en la ciudad de Mapastepec, en el sur de México, en los últimos meses, que la antigua simpatía pública de los lugareños por los centroamericanos que viajan hacia el norte está empezando a mermar.
El Gobierno de México expresó su “profunda preocupación” ante la intimidación y extorsión a migrantes de parte de milicias en la frontera de Nuevo México, un día después de que una asociación condenara a estos grupos de ciudadanos estadounidenses armados.
El condado Otero declaró el miércoles un estado de emergencia para subrayar la necesidad de que los retenes estén funcionando para frenar el narcotráfico y otras actividades ilegales en la frontera, según el periódico Alamogordo Daily News.
Al mismo tiempo, su gobierno dejó de usar uno de los tres centros de detención de familias migrantes donde retenía a los padres y sus hijos, además de que dejó sin usar casi 2,000 camas en los otros dos. Asegura que no tiene los recursos para transportar a los migrantes a esos centros.
Ante la presión de Washington, México está dando marcha atrás en su promesa de dar un mejor trato a migrantes centroamericanos, dejando a cientos varados en campos insalubres cerca de su frontera sur y alentando acusaciones de detenciones irregulares.
Unos 300 cubanos, de los más de 2,000 varados en la frontera sur del país, iniciaron el llamado "Viacrucis del Migrante", destinado a llegar en una primera etapa a la Ciudad de México para presionar por la entrega de permisos que les permitan luego viajar a Estados Unidos.
La política de puertas abiertas a la migración anunciada por el presidente Andrés López Obrador en México desde antes de su asunción, el 1 de diciembre pasado, comienza a cambiar.
Unos 2,000 cubanos se encuentran listos en la ciudad de Tapachula, la principal de la frontera sureste de México, para iniciar el próximo miércoles el denominado "viacrucis migrante", llamado así porque coincidirá con la Semana Santa. El recorrido promete no estar exento de las vicisitudes.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el miércoles que tendrá que movilizar a más militares en la frontera con México, tras escuchar historias sobre inmigrantes que cruzan al país de personas que asistieron a un acto republicano para recaudar fondos.
Cuando el presidente Donald Trump habla sobre las masas de centroamericanos que intentan ingresar a Estados Unidos, describe una horda de hombres fornidos con malas intenciones, “algunas de las personas más rudas que usted haya visto”.
El sentimiento contra los inmigrantes crece cada vez más entre los mexicanos, a partir de las caravanas de centroamericanos iniciadas el 12 de octubre pasado, que dieron lugar a un flujo continuo y cada vez más impetuoso de extranjeros hacia el país.
Dándose crédito por la diplomacia dura de su gobierno, el presidente Donald Trump describió una serie de actividades que las autoridades mexicanas están realizando para evitar que los migrantes centroamericanos lleguen a la frontera sur de Estados Unidos.
Trump comentó a los reporteros que trataría de tomar una “medida menos drástica” antes de recurrir a la amenaza que había hecho anteriormente.
Las fricciones entre migrantes y autoridades en la frontera sur mexicana crecieron esta semana, tras el anuncio del Gobierno de México de limitar la entrega de visas humanitarias y la exigencia de Estados Unidos de frenar la migración irregular.
Mientras suenan las sirenas en el trasfondo, contrabandistas de migrantes empujan a adultos y niños bajo una cerca fronteriza pese a las demandas del agente al otro lado de que regresen a México.
La amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de cerrar la frontera con México en protesta por la incesante avalancha migratoria desde Centroamérica comenzó a reflejarse en una saturación de la mayoría de los puestos de revisión limítrofe.
El presidente Donald Trump suavizó sus amenazas de cerrar esta semana la frontera con México mientras funcionarios de su gobierno exploraban medidas moderadas que satisfagan la exigencia del mandatario de pasar a la acción, como impedir únicamente el tránsito de peatones en algunos cruces.
El presidente Donald Trump dijo el martes que está tomando una actitud de espera en cuanto a su amenaza de cerrar la frontera con México. En declaraciones antes de una reunión con el secretario general de la OTAN, Trump dijo que está complacido con las medidas tomadas últimamente por México.
Al menos dos caravanas que suman más de 3,000 inmigrantes, la mayoría centroamericanos, pero al menos un tercio de cubanos y pequeños grupos de africanos y venezolanos, prosiguen su marcha hacia el norte sobre el estado de Chiapas, frontera con Guatemala.
La amenaza de Donald Trump de cerrar la frontera sur de Estados Unidos si México no detiene toda inmigración ilegal ha expuesto las limitaciones de la estrategia del nuevo gobierno mexicano de tratar de apaciguar al presidente estadounidense mientras se prepara para buscar la reelección.
