Dándose crédito por la diplomacia dura de su gobierno, el presidente Donald Trump describió una serie de actividades que las autoridades mexicanas están realizando para evitar que los migrantes centroamericanos lleguen a la frontera sur de Estados Unidos.
Trump comentó a los reporteros que trataría de tomar una “medida menos drástica” antes de recurrir a la amenaza que había hecho anteriormente.
Las fricciones entre migrantes y autoridades en la frontera sur mexicana crecieron esta semana, tras el anuncio del Gobierno de México de limitar la entrega de visas humanitarias y la exigencia de Estados Unidos de frenar la migración irregular.
Mientras suenan las sirenas en el trasfondo, contrabandistas de migrantes empujan a adultos y niños bajo una cerca fronteriza pese a las demandas del agente al otro lado de que regresen a México.
La amenaza del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de cerrar la frontera con México en protesta por la incesante avalancha migratoria desde Centroamérica comenzó a reflejarse en una saturación de la mayoría de los puestos de revisión limítrofe.
El presidente Donald Trump suavizó sus amenazas de cerrar esta semana la frontera con México mientras funcionarios de su gobierno exploraban medidas moderadas que satisfagan la exigencia del mandatario de pasar a la acción, como impedir únicamente el tránsito de peatones en algunos cruces.
El presidente Donald Trump dijo el martes que está tomando una actitud de espera en cuanto a su amenaza de cerrar la frontera con México. En declaraciones antes de una reunión con el secretario general de la OTAN, Trump dijo que está complacido con las medidas tomadas últimamente por México.
Al menos dos caravanas que suman más de 3,000 inmigrantes, la mayoría centroamericanos, pero al menos un tercio de cubanos y pequeños grupos de africanos y venezolanos, prosiguen su marcha hacia el norte sobre el estado de Chiapas, frontera con Guatemala.
La amenaza de Donald Trump de cerrar la frontera sur de Estados Unidos si México no detiene toda inmigración ilegal ha expuesto las limitaciones de la estrategia del nuevo gobierno mexicano de tratar de apaciguar al presidente estadounidense mientras se prepara para buscar la reelección.
México se alista para frenar el creciente flujo de migrantes centroamericanos. y para ello establecerá una especie de cinturón de contención de fuerzas federales en el istmo de Tehuantepec, la parte más estrecha del sur de país, y por ende la más fácil de controlar.
Las autoridades de la frontera entre Estados Unidos y México han alertado este miércoles del colapso de sus instalaciones. “El sistema ha llegado a su punto de quiebre esta semana”, advirtió en una rueda de prensa Kevin McAleenan, comisario de la guardia fronteriza.
El gobierno estadounidense reasignará temporalmente a 750 inspectores fronterizos para que ayuden a atender el creciente número de migrantes _la mayoría familias centroamericanas_ que llegan a la frontera con México y se entregan a las autoridades buscando asilo.
Las autoridades migratorias estadounidenses cerraron temporalmente sus puestos de control en autopistas de Nuevo México y de gran parte del oeste de Texas, luego de reasignar sus agentes y utilizar los puestos avanzados para ayudar a procesar al creciente número de centroamericanos que llegan.
Roberto Valdovinos es el nuevo director del Instituto de los Mexicanos en el Exterior (IME) y así es como él ve a la comunidad que tiene que defender: “Los migrantes sostienen a Estados Unidos con su trabajo y a México con sus remesas. Deberían ser héroes”.
El asesor y yerno del presidente Donald Trump, Jared Kushner, se reunió con el presidente Andrés López Obrador para afinar un plan de apoyo de 10,000 millones de dólares que apoye el desarrollo del sureste de México y de Centroamérica para desalentar la migración.
La actriz América Ferrera encabezó a un pequeño grupo de artistas que recorrieron distintos refugios de migrantes el fin de semana en la ciudad mexicana de Tijuana, al otro lado de San Diego.
Acurrucados contra una valla fronteriza en una mañana muy fría en El Paso, Texas, un grupo de 60 inmigrantes guatemaltecos, alrededor de la mitad bebés y niños, gritaba pidiendo ayuda: “Tenemos frío, tenemos hambre, necesitamos refugio”.
Casi eran las nueve de la noche en una clínica improvisada para las personas migrantes en Texas, cerca de la frontera con México. Hacía horas que la clínica debía haber cerrado, pero los pacientes no paraban de llegar: un adolescente con fiebre y una herida maloliente en el pie.
México expulsó durante la gestión del presidente Enrique Peña Nieto (2012-2018) a más migrantes que el gobierno de Estados Unidos, encabezado en su mayor parte por el exmandatario Barack Obama y su sucesor Donald Trump.
Los 11,3 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos serán cobijados por un plan de apoyo anunciado hoy por el presidente Andrés López Obrador. La estrategia se enfoca sobre todo en el 48% de los connacionales que residen en el país vecino, los cuales se encuentran en situación vulnerable.
