VALORES MORALES
Miseria que salta a la espera de compasión
El pardal no vuela con la elegancia de las golondrinas, no canta como los ruiseñores, ni posee los bellos colores de las saíras. Carece de la agilidad vertiginosa del colibrí y la habilidad de un hornero. Es, tal vez, el más insignificante de los pajaritos.