MUY OPORTUNO
Ver en otros nuestros defectos
Solemos estar tan acostumbrados a convivir con lo malo –pequeño o grande– que hay en nuestro interior, que es fácil que ya no nos sorprenda demasiado. Nuestros defectos han ido naciendo de pequeñas concesiones al egoísmo, a la pereza, a la soberbia, o al vicio que sea.