DETRÁS DEL MURO
Canadá es el nuevo México' de Trump
Le llama "muy deshonesto y débil", se burla de su tono conciliador y le acusa de menospreciar a Estados Unidos. Donald Trump ha abierto fuego contra uno de sus países vecinos.
Le llama "muy deshonesto y débil", se burla de su tono conciliador y le acusa de menospreciar a Estados Unidos. Donald Trump ha abierto fuego contra uno de sus países vecinos.
"La probabilidad de que lo obtengan es mínima", dijo Thomas Haine, exabogado de juicios del Servicio de Inmigración y Control Fronterizo, quien ahora se dedica a la práctica privada en San Diego.
Cuando se atraviesan las gigantescas puertas de la muralla que rodea el hotel Ritz-Carlton de Riad se entiende que, por unas semanas, se convirtiera en la prisión más lujosa del mundo. El hotel es un imponente palacio adornado con jardines y fuentes pero parece también una fortaleza impenetrable.
A veces recuerdo una página de uno de los libros que están apilados en la casa de Leopoldo López. Es un texto que López relee a menudo; uno al que ha regresado muchas veces en los últimos años, garabateando nuevas ideas al margen, subrayando palabras y frases en tres colores de tinta y lápiz.
El primer pilar de la propuesta de Trump -la regularización de la situación jurídica de los dreamers y de un millón de jóvenes más que también podrían calificar para una medida migratoria que les permita, por una vía larga y sinuosa, obtener la ciudadanía- funciona a favor de México.
¿Un delirio patriótico? ¿Qué harían en EE UU si los mexicanos no asistieran a trabajar en la industria de la construcción, en sus campos, en sus hoteles ni en sus restaurantes y se declararan en huelga de brazos caídos?
Las elecciones legislativas de 2018 en Estados Unidos son una coyuntura ideal para que el movimiento proinmigrante se renueve y se convierta en un actor político de la sociedad estadounidense, sumándose a los otros grupos activistas que tienen redes de mayor alcance en Washington.
Esparcir terror, desprecio y maltrato entre los suyos; entre personas que quizás estuvieran allí para ir a Disney pero que quizás fueran -como ellos o sus padres o sus abuelos habían sido antes- gente que iba tras su pequeña porción de sueño americano, o gente huyendo de algo peor que la muerte.
El estatus de protección tiene un carácter individual y se concede caso por caso: así fue reconocido en su momento por las autoridades de EU a unos refugiados a los que ahora se dice simple y llanamente que Washington ha cambiado de opinión.