VALORES MORALES
Sanando las Heridas del Corazón
Hace dos años mi cuñada empezó a sufrir un abanico de síntomas extraños. De la nada, ya no tenía apetito, muchas comidas le caían mal, sufría ansiedad intensa y lo peor de todo, nadie sabía qué tenía. Estaba sufriendo tanto que incluso parecía que su personalidad había cambiado.