Trump, que lleva como una "insignia de honor" encabezar el país más afectado por la pandemia, ha acusado en reiteradas ocasiones a Pekín de ocultar información sobre el origen del virus en la ciudad de Wuhan, hasta el punto de sugerir que su expansión pudo no ser accidental.
El reporte estima que hasta 150,000 personas en el continente podrían morir en un año a menos que se tomen medidas urgentes, aunque los autores del estudio también predicen una tasa de infección más baja que en otras partes del mundo.
El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, consideró este miércoles que los países desarrollados tienen "lecciones" que aprender sobre las "medidas preventivas muy valientes" tomadas por algunos países africanos para contener la propagación de covid-19.
Las tiendas, los restaurantes, las cafeterías y peluquerías de toda Italia pudieron abrir desde el lunes y el país emerge lentamente de un bloqueo total que paralizó su economía para frenar una pandemia que ha causado la muerte de más de 32,000 personas.
La estrategia fue defendida por el epidemiólogo jefe Anders Tegnell, cuya recomendación de medidas voluntarias contra el virus, en lugar de un cierre obligatorio como los que imponen muchos otros países, ha dividido la opinión en el país y en el extranjero.
La Ciudad de México permanecerá con sus actividades no esenciales y educativas paralizadas, en "semáforo rojo", al menos hasta el próximo 15 de junio, dos semanas después de la fecha de reapertura nacional, informó la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.
A día de hoy, las estadísticas más preocupantes llegan desde Brasil, donde se denuncia una falta de medidas efectivas y una mala gestión de parte de las autoridades.
El Ministerio de Salud de Brasil publicó el miércoles nuevas directrices para un uso más amplio de los medicamentos antipalúdicos para los casos leves de coronavirus, un tratamiento pregonado por el presidente Jair Bolsonaro en contra de la opinión de los expertos en salud pública.
Los primeros 41 casos de coronavirus se confirmaron en Wuhan, China, el 10 de enero y el mundo tardó hasta el 1 de abril en alcanzar su primer millón de contagiados. Desde entonces, se informan alrededor de 1 millón de enfermos nuevos cada dos semanas, según un recuento de Reuters.
Perú superó los 100.00 casos de coronavirus, informó el miércoles el Ministerio de Salud, mientras el brote ha disparado la demanda de medicinas y sus precios generando indignación de consumidores y amenazas de sanciones por parte del Gobierno.
Muchos pacientes necesitan atención más especializada, así que deben esperar a que la aeronave los lleve a Manaos, el único lugar en el estado de 4 millones de habitantes que tiene unidades de cuidado intensivo completas. Mientras aguardan, su estado de salud empeora.
La cifra de casos diagnosticados positivos sólo refleja, sin embargo, una parte del total de los contagios debido a las políticas dispares de los diferentes países para diagnosticar los casos, algunos sólo lo hacen con aquellas personas hospitalizadas.
Brasil, que superó por primera vez la triste marca de mil muertes diarias por el nuevo coronavirus, abrió la puerta a la utilización de hidroxicloroquina en casos leves de covid-19, que siguió avanzando en Chile, Perú y otros países de América Latina pero parece estar cediendo en Europa.
El Instituto Mexicano del Seguro Social, el IMSS, informó la mañana del miércoles que las amenazas al personal médico en todo momento “se realizaron por llamadas o vídeo llamadas”. De esta forma se intentaba amedrentar al personal de salud.
Jack McMorrow, de 14 años, despertó con dolor e insuficiencia cardíaca. Su caso puede ayudar a los médicos a entender una aterradora afección infantil relacionada con la COVID-19.
Unos 500 médicos cubanos se encuentran trabajando en Ciudad de México, el epicentro de la epidemia del coronavirus en el país, en medio del sigilo de las autoridades que han declinado dar detalles sobre el contingente, uno de los más numerosos que el gobierno comunista ha desplegado.
Dos meses después de que las primeras cuarentenas fueran implantadas en Brasil, políticos, gestores sanitarios e investigadores se mueven en buena medida a ciegas. Las semanas de ventaja que América Latina llevaba a Asia y a Europa parecen malgastadas.
La ausencia de claridad en la estrategia del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para combatir la COVID-19 y para regresar a lo que su gobierno llama una “nueva normalidad”, con la que se busca reiniciar algunas actividades económicas, solo incrementa la incertidumbre.
Las autoridades australianas anunciaron el miércoles una serie de planes para acelerar la reanudación de la vida pública con el fin de impulsar la maltrecha economía en medio de una disputa diplomática con su principal socio comercial, China.
A medida que las naciones en todo el mundo relajan las restricciones impuestas para contener la pandemia de coronavirus y reactivan la actividad económica, la gente descubre que “la nueva normalidad” es todo menos normal.
