Reportajes
Una cuarentena propia
Los encierros durante la pandemia del coronavirus pueden funcionar como las trincheras en la guerra de la desigualdad de género, pero también apuntan a caminos para el futuro.
Los encierros durante la pandemia del coronavirus pueden funcionar como las trincheras en la guerra de la desigualdad de género, pero también apuntan a caminos para el futuro.
La alarma sanitaria obligó a priorizar el teletrabajo cuando fuera posible y eso mandó a millones de empleados de las oficinas a sus casas. Con el inicio del desconfinamiento, y todavía sin una normativa específica, las compañías ya hacen planes bajo una gran incertidumbre.
Empresas con buenas plataformas tecnológicas o en el sector del almacenaje y la distribución podrían tener posibilidades de adaptación, mientras negocios relacionados con el turismo, restaurantes o el entretenimiento podrían pasarlo peor.
América Latina comienza a suavizar las medidas ante el coronavirus en busca de la "nueva normalidad", pero la amenaza de que lo peor está por llegar le acecha y los expertos advierten que bajar la guardia puede ser "desastroso".
Madre soltera atrincherada en su casa con su hija adolescente, Sharon Litwin ve a sus amigos, igual que la mayoría de la gente en estos días, por una pantalla. De todos modos, son vitales para ella en estos momentos.
Estigmatizados como focos de contagio en algunos países, los trabajadores de la salud han sido agredidos, maltratados y marginados. En México, las enfermeras que trabajan bajo sus órdenes han sido atacadas brutalmente en al menos 21 ocasiones, acusadas de propagar el coronavirus.
Las posibilidades no eran buenas: podría morir o podría tener una enfermedad larga que, como doctor, significara una ausencia inadmisible en el hospital en el que trabajo, en la capital de Ecuador.
Pasé diez días atendiendo neumonías en un hospital de Manhattan y esto es lo que aprendí. He sido médico de urgencias durante treinta años. En 1994, inventé un sistema de imágenes para enseñar a intubar, el procedimiento de insertar tubos de respiración.
En un artículo que publicaba esta semana la revista Time, la propia Tsai apunta que la clave de la reacción temprana fueron “las dolorosas lecciones del brote de SARS en 2003, que dejó a Taiwán traumatizada con la pérdida de docenas de vidas”.
La pandemia del coronavirus ha causado un fuerte impacto en la economía mundial a un ritmo sin precedentes. A continuación, ofrecemos los acontecimientos del jueves relacionados con la situación económica, los empleos y la propagación del virus en todo el mundo.
Países de todo el mundo han gastado miles de millones de dólares rescatando a empresas afectadas por el brote de coronavirus. Los cocaleros peruanos, que cultivan la tupida planta utilizada para producir cocaína, dicen que también quieren ayuda.
Bajo un cálido sol vespertino, Chen Enting tomó una foto del boleto para su primer viaje en ferry por el río Yangtsé después de 76 días de cuarentena en la ciudad donde comenzó la pandemia del coronavirus.
La ciudad de Manaos, capital del selvático estado Amazonas de Brasil, vive un caos sanitario por el nuevo coronavirus: falta personal médico, algunos hospitales almacenan cadáveres en camiones frigoríficos y los cementerios empezaron a abrir fosas comunes.
El coronavirus se está propagando desde las ciudades más grandes de Estados Unidos hasta sus suburbios y ha empezado a irrumpir en las regiones rurales de la nación. Se cree que el virus ha infectado a millones de ciudadanos y ha cobrado la vida de más de 34,000.
Las mascarillas se han vuelto un emblema del combate contra el coronavirus: funcionarios estadounidenses y de todo el mundo han recomendado —y en algunos casos ordenado— que la gente las use para que se pueda detener la propagación del brote mortal.
"No podía caer en peor momento". La epidemia del coronavirus ha asestado un duro golpe a la floreciente industria de las bodas en Europa, integrada principalmente por pequeñas empresas e independientes.
Elizabeth Bonilla estaciona su ambulancia en una cuadra residencial en el distrito neoyorquino de Bronx. Otra ambulancia y un camión de bomberos ya están allí, donde sus luces tiñen la calle de un inquietante color naranja. Vecinos se congregan en sus escalones para mirar. Algunos beben vino.
Los coronavirus ya se han escapado en otras ocasiones de los laboratorios de alta seguridad chinos. El 18 de mayo de 2004, la Organización Mundial de la Salud mostró su “preocupación” después de que dos científicos del Instituto Nacional de Virología de Pekín se infectaran con el letal virus...
Algunas prácticas médicas que habían sido incuestionables antes de la COVID-19 —como cuándo es ideal usar respiradores— han desaparecido de un día para otro.
La historia del coronavirus se escribe en los hospitales de medio mundo, convertidos en zonas de guerra, pero también en fiestas y elegantes estaciones de esquí.