El Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) informó el viernes de una gran venta de soja a China, un negocio que sorprendió antes de una reunión en la cumbre del G-20 entre los presidentes Donald Trump y Xi Jinping.
Argentina transmitió su interés el martes en avanzar junto a China en iniciativas que incluyen la construcción de la cuarta central nuclear del país sudamericano y la exportación de harina de soja al gigante asiático, dijo el Gobierno argentino tras reuniones bilaterales en Pekín.
El ministro de Agricultura de China fue elegido el domingo como nuevo director de la FAO, la primera persona de un país comunista en asumir el puesto de influencia mundial.
Los futuros del maíz y la soja de Estados Unidos cayeron el viernes debido a expectativas de que la cosecha pueda beneficiarse la próxima semana de una pausa en las lluvias que han retrasado la siembra en el Medio Oeste durante la primavera boreal.
La biotecnológica argentina Bioceres espera que China apruebe su variedad de semilla de soja resistente a las sequías HB4 en el 2020, y en un escenario optimista, la autorización podría ocurrir a fines del 2019, dijo su presidente ejecutivo.
La ciudad de Petorca, ubicada unas tres horas en auto al norte de Santiago, es el corazón de la floreciente industria del aguacate de Chile y puede verse rodeada por hileras de miles de árboles de palta, como se le llama al fruto en el país sudamericano.
El secretario de Agricultura Sonny Perdue dijo que probablemente el primero de tres pagos se realice en julio o agosto, e insinuó que es poco probable que Estados Unidos y China hayan solucionado sus diferencias para ese entonces.
El Gobierno de Donald Trump anunció el jueves un paquete de ayuda agrícola de 16,000 millones de dólares para compensar las pérdidas por una guerra comercial de 10 meses con China y dijo que las tasas de pago a los agricultores serían determinadas por el lugar en vez de por el tipo de cultivo.
El agricultor de Iowa Tim Bardole sobrevivió durante años a los bajos precios de los cultivos y al aumento de los costos reduciendo los fertilizantes y los herbicidas, y reparando los equipos descompuestos en lugar de comprar nuevos.
Las exportaciones brasileñas de soja a China, lejos el mayor mercado para el país sudamericano, bajaron 13% en los primeros cuatro meses del 2019 frente al mismo periodo del año anterior, de acuerdo a un reporte de la agencia de transporte naviero Cargonave revelado el miércoles.
Los futuros de la soja en Estados Unidos tocaron mínimos de contrato por cuarta sesión consecutiva, debido a preocupaciones por débiles datos de exportación del Departamento de Agricultura y el temor a que retrasos en el cultivo de maíz debido a lluvias lleven a una mayor siembra de la oleaginosa.
Los futuros del maíz de Estados Unidos subieron cerca de un 1 por ciento el viernes, debido a que pronósticos de clima húmedo en el Medio Oeste provocaron una cobertura de posiciones cortas, dijeron analistas, mientras que la soja cayó a mínimos de varios meses.
Las víctimas de esta epidemia mueren espantosamente. Primero, se presenta una fiebre muy elevada. La piel se enrojece y se pone color púrpura. Hay secreciones de los ojos y de la nariz, diarreas sanguinolentas y, en pocos días, la muerte. La tasa de supervivencia es casi nula.
Las exportaciones de soja a China caerán este año ya que la peste porcina africana en el gigante asiático ha reducido la demanda de alimentos para animales, pero el potencial crecimiento de las ventas de carne al exterior compensaría esa baja, dijo el lunes la ministra de Agricultura de Brasil.
La firma de comercio agrícola Louis Dreyfus Company dijo el lunes que las oportunidades de operaciones generadas por la disputa entre Estados Unidos y China impulsaron su negocio de soja el año pasado, contribuyendo a un fuerte incremento de las ganancias del grupo.
Los exportadores estadounidenses vendieron 300,000 toneladas de maíz a China, informó el viernes el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, la mayor compra de este tipo en cinco años y medio y una operación inusual en medio de la guerra comercial entre las dos mayores economías del mundo.
Francisco Santillán, un agricultor de 55 años en el corazón de la zona sojera de Argentina, tiene dos cosas en su mente: las lluvias y las idas y vueltas en la amarga guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ha afectado los precios.
En el polo agroexportador de Rosario, sobre el río Paraná en Argentina, las plantas de molienda de soja están sintiendo el impacto de una guerra comercial entre Estados Unidos y China. Algunas de las enormes instalaciones a lo largo del río quedaron inactivas y otras despidieron trabajadores.
Empresas estatales chinas compraron el jueves al menos 500,000 toneladas de soja estadounidense, las primeras adquisiciones desde que hace un mes un funcionario de Washington anunció que Pekín se había comprometido con 10 millones de toneladas.
Arnulfo Melo hunde sus manos curtidas por el sol en un cubo repleto de semillas de maíz rojo y las deja caer entre sus dedos, observándolas como quien mira un álbum familiar, un árbol genealógico. Provienen de aquellas que sembraron sus padres, abuelos y bisabuelos.
