En un México hastiado del aumento de la violencia, la inseguridad y la corrupción, los cuatro candidatos a la Presidencia, dos en mítines y dos a través de redes sociales, iniciaron hoy oficialmente la contienda por conquistar a un electorado escéptico con miras a la votación del 1 de julio.
A tres meses de las elecciones en México, donde se votará por un presidente, 500 diputados federales, 128 senadores y 9 jefes de gobierno provinciales, entre otros, los escándalos políticos se suceden uno tras otro en incesante continuidad sin siquiera un respiro.
La nueva andanada de ataques del presidente de Estados Unidos Donald Trump contra los mexicanos debería hacer reconsiderar a su homólogo Enrique Peña un proyectado viaje a Washington en las próximas semanas para reunirse con el magnate.
López Obrador propuso que, en caso de lograr la victoria el 1 de julio, se convoque a una Constituyente, en la que participen especialistas, como filósofos, psicólogos, antropólogos y "todos aquellos que tengan algo que aportar al respecto".
En la recta final de su mandato y con un candidato a sucederlo que no despega, el presidente Peña Nieto invita a los mexicanos a superar "el irracional enojo social". Yo le contestaría que serenos, que vamos por partes. Y que pongamos en contexto los reclamos.
Casi la mitad de los 65 aspirantes a ocupar una banca en el Congreso federal por la vía independiente hicieron trampa y compraron a una empresa apoyos masivos con carnés de elector falsificadas, denunció la autoridad electoral.
