Reportajes
La guerra silenciosa
El tráfico sobre avenida Jerusalén suele ser siempre muy difícil, va a vuelta de rueda, hay miles de apresurados conductores atropellándose por un espacio para avanzar y llegar a tiempo a sus empleos.
El tráfico sobre avenida Jerusalén suele ser siempre muy difícil, va a vuelta de rueda, hay miles de apresurados conductores atropellándose por un espacio para avanzar y llegar a tiempo a sus empleos.
La pandemia ha trastocado el precario equilibrio de las mamás trabajadoras, que se han encontrado refugiadas en los baños de casa o en sus autos mientras intentan conciliar su empleo con las demandas de cuidado familiar.
La pandemia del coronavirus ha causado un fuerte impacto en la economía mundial a un ritmo sin precedentes. A continuación, ofrecemos los acontecimientos del jueves relacionados con la situación económica, los empleos y la propagación del virus en todo el mundo.
Países de todo el mundo han gastado miles de millones de dólares rescatando a empresas afectadas por el brote de coronavirus. Los cocaleros peruanos, que cultivan la tupida planta utilizada para producir cocaína, dicen que también quieren ayuda.
El coronavirus se está propagando desde las ciudades más grandes de Estados Unidos hasta sus suburbios y ha empezado a irrumpir en las regiones rurales de la nación. Se cree que el virus ha infectado a millones de ciudadanos y ha cobrado la vida de más de 34,000.
Los coronavirus ya se han escapado en otras ocasiones de los laboratorios de alta seguridad chinos. El 18 de mayo de 2004, la Organización Mundial de la Salud mostró su “preocupación” después de que dos científicos del Instituto Nacional de Virología de Pekín se infectaran con el letal virus...
La historia del coronavirus se escribe en los hospitales de medio mundo, convertidos en zonas de guerra, pero también en fiestas y elegantes estaciones de esquí.
Mientras el virus avanza por Estados Unidos, un campamento de migrantes ubicado del lado mexicano de la frontera está a punto de convertirse en un desastre humanitario.
Los turnos son largos y las escenas desgarradoras dentro de un hospital de Maryland, donde enfermeras y médicos llevan semanas tratando a pacientes con coronavirus y deben prohibir que las familias visiten a sus seres queridos en sus lechos de muerte.
En todo el continente americano, las enfermedades traídas por forasteros acabaron o devastaron muchas naciones nativas, y este legado está marcado en la memoria colectiva. En décadas recientes, enfermedades como el sarampión y la gripe porcina han causado estragos en algunas comunidades.
Brooklyn está a oscuras el lunes, excepto por las luces de la calle, cuando suena el despertador de Carla Brown a las cinco y cuarto de la mañana, más temprano que de costumbre. Pero con el coronavirus al acecho de Nueva York, no es un día ordinario.
Desde que el mundo es mundo ha habido enfermedad, pero las epidemias, como la que ahora vivimos, o algo parecido, se dan en poblaciones que pasan cierto tiempo en circunstancias anormales, por ejemplo, bajo la debilidad de una guerra, cuando los campos dejan de trabajarse y cunde el hambre.
En los tres meses pasados desde que se detectó un nuevo coronavirus en China, el planeta se sumió en un guión de película de catástrofes, sin olvidar el hospital de campaña en Central Park ni la morgue en una pista de patinaje sobre hielo en Madrid.
Anna Fortunato, una anciana de 90 años sobreviviente del COVID-19, tiene un mensaje para el resto de nosotros: No temas. No te desesperes.
Ella se acababa de mudar de Seúl, donde pasó tres décadas trabajando en la misma farmacia, para abrir la Farmacia Hankyeol (“confiable”) en la ciudad de Incheon, cerca del aeropuerto internacional.
Cinco días antes de acabar marzo, el alcalde reunió a los 548 jefes de familia de la localidad y decidieron cerrar el pueblo a las visitas. “Solo pueden entrar los que venden alimentos y cosas básicas y se les ha dicho a los de aquí que si salen vayan de uno en uno”.
La pandemia de coronavirus se está ensañando con Nueva York, epicentro de tantas cosas en Estados Unidos, y también de este virus atroz. El paciente cero de la ciudad se detectó el 1 de marzo y este viernes se superaban los 1,800 muertos y los 57,159 contagios, el doble de la semana pasada,
Los funcionarios a menudo usan palabras similares cuando describen la pandemia, pero no siempre hablan de lo mismo, lo que hace que las comparaciones globales sean poco útiles. Entender la pandemia del coronavirus requiere ponerse al día tanto con la epidemiología como con la semántica.
El nuevo coronavirus seguía cobrándose vidas el miércoles, pese a las medidas sin precedentes tomadas en todo el mundo para detener la pandemia, que según el jefe de la ONU implica la peor crisis que vive la humanidad desde la Segunda Guerra Mundial.
No eran ni siquiera las 9 de la mañana cuando el cubrebocas N95 de Sylvie de Souza, que debía cubrir su rostro herméticamente, ya estaba desacomodado. Mientras caía la lluvia helada el lunes, usando zuecos de goma, la doctora iba y venía del departamento de emergencias que preside en el Centro...