Alemania registró el viernes su segundo récord diario consecutivo de casos de coronavirus en pleno repunte de los contagios en toda Europa, y su centro de control de enfermedades dijo que la gente que no está vacunada enfrenta ahora un “riesgo muy alto” de infección.
La estrategia de salida de Johnson difiere de la de muchas otras grandes economías, como Alemania, Francia, Italia e Israel, que han mantenido algunas medidas básicas contra el COVID-19, como la obligación de utilizar mascarillas, o las han reintroducido en respuesta al aumento de los casos.
AstraZeneca destacó en su comunicado que “existen protocolos establecidos para tratamientos para el manejo óptimo” de tales casos y que su vacuna contra el COVID-19 ha recibido una autorización para su comercialización condicionada o para su uso de emergencia en más de 80 países.
Una región de 53 países en Europa y Asia Central enfrenta la “amenaza real” de un repunte de la pandemia del coronavirus en las próximas semanas o ya sufre una nueva ola de contagios, según dijo el jueves el responsable de la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud.
La protesta se produjo en respuesta a restricciones que requieren que los maestros, empleados gubernamentales y otros trabajadores estén plenamente vacunados para el 8 de noviembre o se les suspenderán sus salarios.
El vicedirector médico de Inglaterra dijo el miércoles que demasiadas personas creen que la pandemia terminó, y advirtió que las muy elevadas tasas de coronavirus en el Reino Unido y mayor cantidad de muertes significan que “vienen meses duros en el invierno”.
El número de casos de coronavirus subió en Europa por quinta semana consecutiva, según dijo el miércoles la Organización Mundial de la Salud. Es la única región del mundo donde el COVID-19 sigue en alza.
Las muertes por coronavirus en Rusia alcanzaron el martes otro récord diario, cuatro días después de que entrase en vigencia un orden para que muchos rusos no acudieran a trabajar para frenar los contagios.
La pandemia global de COVID-19 alcanzó el lunes los cinco millones de muertos en todo el mundo, menos de dos años después de que comenzara una crisis que no sólo devastó a los países pobres, sino que también doblegó a los ricos y a sus sistemas de salud de primera clase.
El impacto colectivo de las banderas blancas que cubren más de ocho hectáreas (20 acres) de terreno en el National Mall de la capital de Estados Unidos fue literalmente impactante, representando a los más de 740,000 estadounidenses muertos por el COVID-19, el peor dato para un solo país en el mundo.
El conductor de camión Andriy Melnik nunca se tomó el coronavirus en serio. Junto a un amigo, compró un certificado de vacunación falso para que documentación de viaje pareciese en orden al llevar mercancías a otras partes de Europa.
Estados Unidos registró la mayor cantidad de casos nuevos en los últimos siete días —casi 513,000, aunque fue una caída del 12% comparado con la semana previa— y más de 11,600 muertes, que fue aproximadamente la misma cantidad que la semana previa, indicó la OMS.
Rusia batió el miércoles otro récord de muertes diarias de COVID-19 mientras las autoridades de todo el país trabajaban para evitar que la mayoría de la gente fuera a trabajar, tras una orden del Kremlin dirigida a frenar los contagios.
El gobierno ha respondido a un aumento constante de los casos confirmados y las muertes en las últimas semanas mediante un ajuste de las restricciones. Desde la semana pasada se requiere una prueba de vacunación o un test negativo para abordar aviones, trenes y buses de larga distancia.
Las cifras de coronavirus crecían con rapidez en Bélgica, y el gobierno consideraba el martes recuperar algunas medidas contra la pandemia que se relajaron apenas hace unas semanas.
Según esa política, aquellos que estén vacunados deberán mostrar una prueba diagnóstica de COVID-19 negativa que deberán realizarse dentro de los tres días previos al viaje, mientras que los no vacunados deben presentar una prueba diagnóstica tomada con un día de anticipación a su viaje.
Estados Unidos y muchos países de Europa permiten la aplicación de inyecciones contra el COVID-19 para la población de 12 años en adelante, si bien las autoridades estadounidenses avanzan con rapidez hacia la aplicación de vacunas en niños de entre cinco y 11 años.
Rusia reportó el lunes otro récord diario de casos confirmados de coronavirus, en medio de un auge de las infecciones que ha llevado al Kremlin a pedir a la mayoría de la gente que no acuda a trabajar más tarde esta semana.
Amnistía Internacional pidió una investigación parlamentaria independiente sobre las muertes por COVID-19 en las residencias de ancianos de Italia y los reportes de represalias contra el personal que habló sobre las condiciones en los centros.
Pese al aumento de las infecciones, el gobierno se ha mostrado renuente a ordenar otro confinamiento para no dañar más la economía, ya debilitada por el conflicto con Rusia, que se anexó la Península de Crimea en 2014 y apoya una insurgencia separatista en el oriente industrial de Ucrania.
