Como si el terremoto de 7,2 de magnitud que sacudió Haití, una tormenta tropical y la pandemia de coronavirus no fuesen suficiente, el sismo dañó la única planta de oxígeno en el sur del país.
Sumándose a los problemas, un importante hospital de la capital Puerto Príncipe, que recibía a heridos de la zona del sismo, cerró el jueves a causa de una manifestación de dos días en protesta por el secuestro de dos doctores, incluyendo uno de los pocos cirujanos ortopédicos de Haití.
Cientos de bomberos griegos y polacos combatían el jueves un importante incendio que consumía por cuarto día un bosque de pino al noroeste de la capital de Grecia.
Al menos tres personas fallecieron y más de 50 resultaron heridas el jueves por la explosión de una potente bomba caminera al paso de una procesión chií en el centro de Pakistán, dijo la policía local.
Crece la tensión en Haití por la lentitud con la que llega la ayuda a las víctimas de un potente sismo que causó más de 2,100 muertos durante el fin de semana en el suroeste del país, una región que se vio azotada después por una depresión tropical.
Multitudes enojadas se congregaban en edificios desplomados, exigiendo carpas para montar refugios temporales, los cuales son sumamente necesarios ahora luego de que la tormenta tropical Grace provocó fuertes lluvias el lunes y martes, agravando la miseria en la nación caribeña.
Los problemas en Haití pueden resumirse en el hospital público de L’Asile, en lo más profundo de una zona rural remota en el suroeste del país. Allí, cuatro días después del potente sismo que afectó especialmente a la región, siguen apareciendo aldeanos con brazos y piernas rotas.
En la pequeña ciudad costera de Port Salut, al igual que en el resto de las zonas afectadas, los residentes se enfrentaban a un dilema: permanecer al aire libre para protegerse de las réplicas, o trasladarse a los edificios dañados para refugiarse del fuerte temporal por la depresión tropical Grace
Una multitud de hombres enfurecidos se reunió frente al edificio derrumbado, una señal de que la paciencia llegaba a su límite entre las personas que durante días han esperado que llegue ayuda del gobierno.
"Hemos solicitado las capacidades únicas del Departamento de Defensa para apoyar en la respuesta al terremoto que golpeó el suroeste de Haití", indicó Sarah Charles, de la oficina de asistencia humanitaria de Usaid en una rueda de prensa telefónica.
Cientos de bomberos luchaban el martes contra los incendios que arrasaron bosques y obligaron a evacuar a miles de personas en Grecia y Francia.
La depresión tropical Grace descargó lluvias torrenciales sobre Haití apenas dos días después de un potente terremoto que remeció la empobrecida nación caribeña, aumentando la miseria de las miles de personas que perdieron a sus seres queridos, están heridas o se quedaron sin casa y obligó...
México, Chile, Venezuela y Colombia enviaron unas 77 toneladas de alimentos, medicinas y otros insumos a Haití para atender a las víctimas del devastador sismo ocurrido el sábado que dejó al menos 1.297 fallecidos y varios miles de heridos.
El primer ministro Ariel Henry dijo que estaba enviando ayuda a las zonas donde las localidades quedaron destrozadas y los hospitales se veían superados por el número de pacientes que llegaban. Un exsenador rentó un avión privado para trasladar a los heridos de Les Cayes a Puerto Príncipe.
El sismo del sábado azotó la parte suroeste de la nación más pobre del continente, prácticamente borrando algunas localidades y provocando aludes que afectaron las labores de rescate en dos de las comunidades más afectadas. El desastre agravó la que ya era una situación difícil para los haitianos.
El epicentro del sismo fue ubicado a unos 125 kilómetros (78 millas) al oeste de la capital, Puerto Príncipe, de acuerdo con el Servicio Geológico de Estados Unidos. Se reportan daños generalizados en la nación más pobre del hemisferio cuando una tormenta tropical se acerca al área.
La agencia de protección civil del país señaló que enviará cuadrillas al área para operaciones de búsqueda y rescate. Los rescatistas y civiles lograron sacar a muchas personas de los escombros, afirmó la agencia lvía Twitter. Agregó que los heridos siguen siendo trasladados a hospitales.
La falta de alimentos y medicinas agravada por la peor crisis económica en tres décadas y los efectos de 16 meses de pandemia, fueron algunos de los detonantes de las inéditas protestas del 11 y 12 de julio en 40 ciudades del país, que dejaron un muerto, decenas de heridos y cientos de detenidos.
Desde finales de julio, las llamas han arrasado más de 116,000 hectáreas en Grecia. Centenares de casas y de pequeñas empresas se han visto reducidas a cenizas por el fuego en Eubea, situada 200 km al norte de Atenas, en una parte del Peloponeso y en la periferia de la capital.
La gobernadora de Oregon, Kate Brown, declaró el estado de emergencia y activó un centro de operaciones de emergencias. Los gobiernos municipales y de condados abrieron sitios para refrescarse, extendieron los horarios de las bibliotecas públicas y suspendieron las tarifas de los autobuses
