MENSAJERÍA
Semana Santa... una más en nuestras vidas
Después, un Viernes Santo con una madrugada atado a una columna mientras el látigo cae una y otra vez sobre su espalda, una corona de espinas, que desgarra la piel de su cabeza y su frente como corona de Rey, un manto de color púrpura sobre sus hombros llagados y sobre el rostro golpes y salivazos.