La trampa del elogio
Al católico inadvertido, por ejemplo. Lo que explica sus elogios al Santo Padre, cuya intervención en el Parlamento Europeo ha sido considerada por Iglesias como un refrendo al programa económico de Podemos.
Al católico inadvertido, por ejemplo. Lo que explica sus elogios al Santo Padre, cuya intervención en el Parlamento Europeo ha sido considerada por Iglesias como un refrendo al programa económico de Podemos.
Actualmente vemos que se publica y se escribe muchísimo en el ámbito católico; no todo, por supuesto, es interesante o de igual valor, pero se exhibe sin pudor en los anaqueles de "Novedades" y se siguen las modas a la hora de comprar.
"Entonces dirá el Rey a los de su derecha: Venid vosotros, benditos de mi Padre; heredad el Reino preparado para vosotros desde la creación del mundo. Porque tuve hambre y me disteis de comer...".
Hay un hecho que suscita interés en nuestros tiempos, esto es, sencillamente el silencio y el miedo a este período. Mucha gente tiene pavor a la ausencia de murmullo. En una ocasión por eficiencia de medios de transportes acudí a un servicio de taxi.
Dios es un promotor de talentos. Él mejor que nadie sabe que el "capital humano" es el recurso más valioso del planeta. De hecho, siendo Dios, no necesita buscar nuevos talentos, los crea. Cada niño que nace es un talento que Dios invierte en la Tierra. La vida dirá si ha valido la pena.
Después de un día de calor asfixiante, alguno exclama: ¡es culpa de la contaminación! Cuando un niño empieza a sentir dolor de la garganta, la mamá cree que se trata del inicio de una gripe. Si se produce un terremoto cerca de mi casa, tal vez alguno diga que es culpa del agujero del ozono.
Cierto catolicismo acomplejado considera necesario el visto bueno del colectivo cuántico a la fórmula de la fe, a la manera en que el falso nueve del equipo alevín del Real Madrid requiere el aplauso de Cristiano a su cola de vaca, el aficionado al ajedrez el de Kasparov a su gambito de dama.
Muchas veces, a solas o en compañía, nos preguntamos acerca de cuestiones existenciales y también acerca de la muerte. ¿Qué es la muerte, qué pasa después? Este trabajo tiene que ver justamente con eso. Por supuesto que yo, personalmente, no tengo idea de lo que pasa después.
"Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno; a cada cual según su capacidad. Luego se marchó...".
Gracias porque me has dado ojos para ver, oídos para escuchar, manos para acariciar, inteligencia para conocer la verdad, voluntad para buscar el bien, corazón para amar y para hacerlo tu morada.
Curiosamente, el gran tratado contra la envidia en el Nuevo Testamento no se recoge en los Evangelios, no contiene excesivas referencias al tema, ni en los Hechos de los Apóstoles, ni en las Cartas de Pablo, sino en uno de sus textos menos conocidos, la llamada Carta de Santiago.
El esposo conoce a la familia de la esposa, la esposa a la familia del esposo. Los respectivos padres empiezan a tratar al yerno o a la nuera con mayor intensidad, al mismo tiempo que modifican muchas veces el modo de relacionarse con el propio hijo.
Llegué al Collado del Acebal en tiempo de lluvias. Nunca había visto caer tanta agua en tan poco tiempo, así que enseguida comenté a todos mi asombro ante los torrentes que pasaban ante nosotros deslavando los campos y convirtiendo los caminos en auténticos ríos.
Noviembre es el mes de la muerte, así como Mayo es el de la vida. Es consolador y gratificante, cuando la muerte se hace presente de mil modos y maneras, en nuestras vidas, recordar lo que pensaron y dijeron de ella algunos de nuestros poetas.
"Sí, ya sabemos que la Ley es buena, con tal que se la tome como ley, teniendo bien presente que la ley no ha sido instituida para el justo, sino para los prevaricadores y rebeldes, para los impíos y pecadores, para los irreligiosos y profanadores, para los parricidas y matricidas".
Es consabida la importancia que la doctrina social de la Iglesia da a la persona humana y a su dignidad como fuente de los derechos del hombre. Entre todos los temas tratados por el Concilio Vaticano II, la dignidad de la persona humana ocupó un puesto de singular relieve.
�La conciencia, nos dicen los queridos marxistas, es un invento de la burguesía para provocar en el proletariado sentimientos de culpabilidad y con ello mantenerle encadenado�. Cinco minutos más tarde apelan a nuestra conciencia ante la miseria y los sufrimientos de la clase proletaria.
La avaricia es el afán o deseo desordenado y excesivo de poseer riquezas para atesorarlas. La codicia, por su parte, es el afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas.
Sorpresas que, muchas veces, llevan a situaciones desagradables o que producen perplejidad. La sexualidad, lo sexual, no actúa como a nosotros nos gustaría que actuase, sino que funciona, en muchas ocasiones, de forma diferente.
¿Es posible que no existan hoy teólogos, pastores, médicos, sociólogos que sepan ilustrar la belleza de la castidad como valor humano y, sobre todo, la virginidad por el Reino? Es desconcertante y preocupante que el Sínodo haya ignorado totalmente este aspecto.
Nuestra sociedad nos prepara para el oficio más sencillo, pero, para el trabajo más complicado de la tierra, que es la convivencia en pareja y la educación de los hijos, la mayoría de nosotros acudimos sin ningún tipo de preparación.
¿Cuándo se presentará el Señor y nos llamará? Nadie lo sabe y con ello el Señor nos pide que seamos fieles y sinceros. La Esperanza es la virtud de ser capaces de esperar con un sentido. Quien no tiene esperanza, dejará el camino para tumbarse a disfrutar bajo la sombra de cualquier árbol.
El fanatismo religioso es todo lo contrario: es un amor a sí mismo, un aferrarse a algo para cubrir otras necesidades y llenar la vida de ‘un algo' que tenga sentido. En ellos no hay paz, sino discordia y hasta agresividad. No hay ecuanimidad ni coherencia.
Divididos entre sí por la deslealtad, traicionados por Bizancio y abandonados por los reinos de Europa, muchos de los cristianos establecidos en oriente próximo además habían perdido, en menos de un siglo, el legado épico que les había dejado Godofredo de Bouillón.
En la bella ciudad de Marraquech vivía un pobre pastelero que, ante la mala fortuna en su negocio, decidió partir hacia otras tierras, con la esperanza de encontrar una vida mejor. Ahmed recogió lo único que tenía, un farolillo de hojalata con cristales rojos, y emprendió su viaje.
El problema de ciertas teologías de la liberación no es su compromiso con los pobres, sino que ese compromiso surge más de un Cristo entendido como liberador político que como Hijo de Dios, redentor y liberador de todos los hombres.
Sorprende que algunos se escandalicen por ver a los cardenales argumentando y explicando la verdad que Jesús vino a enseñarnos. ¿Acaso no están justamente para eso? La situación, evoca una de las frases célebres de Bertolt Brecht: "qué tiempos serán los que vivimos, que hay que defender lo obvio".
El campo más importante de aprendizaje para las personas, no lo dudemos, lo constituye el comportamiento de los padres y, en algunos casos, la influencia de aquéllos que nos rodean. Por tanto, nuestra forma de vivir, nuestra forma de amar les influye y les enseña.
Tan cercano que quiso quedarse en la Eucaristía. Siempre está disponible. Quien comprende o, mejor dicho, vive, esta experiencia, alcanza la felicidad y se da cuenta que los mandamientos, lejos de ser una serie de piedras en el zapato, son la hoja de ruta a seguir.
La Iglesia está en estado de revisión a fondo de la institución familiar. El Sínodo que acaba de comenzar no nos dirá nada nuevo sobre esta institución, pero seguro que ofrecerá al mundo una reflexión precisa, fresca, comprensible para todos.
No cabe duda que a Dios le bastan menos de diez segundos para cambiarle la vida a una persona y dar paso a lo que conocemos como la �experiencia fundante� porque en ella, valga la redundancia, se funda su fe católica.
Omnipotente, altísimo, bondadoso Señor, tuyas son las alabanzas, la gloria y el honor; tan sólo tú eres digno de toda bendición, y nunca es digno el hombre de hacer de ti mención. Loado seas por toda criatura, mi Señor, y en especial loado por el hermano sol, que alumbra, y abre el día.
Las quejas reflejan dos cosas. La primera, que pensamos que el otro no capta (y quizá no quiere captar) detalles con los que podría ayudar en la casa o con los que haría más hermosa la convivencia. La segunda, que nos duele esa continua falta de atención del otro.
¿Alguien piensa que la Barca de Pedro navega por aguas tranquilas? Si miramos a nuestro alrededor veremos que las aguas del mundo agitan la Barca con fuerza, mientras muchos tememos que pueda hundirse.
Dios sometió a prueba a nuestros primeros padres1 a fin de merecer el cielo. Entretanto, ellos no permanecieron fieles al transgredir el mandato divino 2 y, "al leer el Génesis, nos entristece la historia del primer pecado del hombre" 3.