Un funcionario del Tesoro de Estados Unidos dijo la semana pasada que el país norteamericano trataría de buscar apoyo en la cumbre del G20 para hacer retroceder los subsidios estatales y políticas económicas similares.
La promoción de Liu señala la intención de Pekín de seguir adelante con la campaña contra el financiamiento de alto riesgo y la acumulación rápida de deuda, a fin de reducir los riesgos sistémicos en la segunda economía más grande del mundo.
Pero la guerra comercial está tan presente en el ambiente previo a la cumbre de Buenos Aires, que como es habitual en el G-20 será a puerta cerrada, que parece imposible que la batalla entre EU, los grandes países europeos y China, ahora gran defensor del libre comercio, no domine las jornadas.
"Trump ha matado a la Organización Mundial del Comercio (OMC), pero no se ha muerto sola", apuntó en su blog Robert Alden, del Consejo de Relaciones Exteriores (CFR, en sus siglas en inglés). "Llevaba mucho tiempo agonizando. China, en particular, nunca aceptó sus normas".
La publicación, que no cita las fuentes de su información, apunta que el jefe de Comercio Exterior de Estados Unidos, Robert Lightheiz, presentó esta opción en el encuentro que mantuvo el pasado sábado en Bruselas con la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström.
La producción industrial de China creció un 7,2 por ciento interanual en los primeros dos meses del año, mostraron datos oficiales dados a conocer hoy miércoles.
Pese al tono grandilocuente del periódico, el propio ministro de comercio chino, Zhong Shan, advirtió hace días que en esa confrontación no habrá "ganadores" y será "un desastre para China, EU y el resto del mundo".
La Administración Trump estima que el gigante asiático ha violado las leyes de propiedad intelectual de EU y forzado a sus compañías a transferir tecnología a las chinas, un daño que cifra en 30,000 millones de dólares anuales e intenta demostrar con una investigación a la que objeta China.
El Gobierno de Donald Trump está presionando a China para que reduzca su superávit comercial con Estados Unidos en 100,000 millones de dólares, dijo una portavoz de la Casa Blanca el miércoles, aclarando un tuit publicado la semana pasada por el mandatario.
De hecho, de acuerdo al informe, la producción conjunta de los países de la organización bajó en febrero hasta 32,18 mbd, 77,100 bd menos que en enero, debido sobre todo a la caída del bombeo de Venezuela (-52,400 bd), Emiratos Árabes Unidos (-34,300 bd) e Irak (-25,500 bd).
La cuestión no explícita que plantean estas cifras es lo que pudiera pasar si los catorce países de la OPEP y sus diez aliados -entre ellos Rusia y México- deciden en su próxima reunión, prevista para junio, abrir los grifos y poner así fin al recorte de la producción petrolera pactado.
El gobierno del presidente Donald Trump está tratando de imponer aranceles por 60,000 millones de dólares a importaciones chinas y apuntará a los sectores de tecnología y telecomunicaciones, dijo el martes una fuente que discutió el asunto con la Casa Blanca.
La comisaria europea de Consumo, Vera Jourova, aseguró que la UE está trabajando con el Gobierno chino, con el que está "discutiendo sobre casos concretos" e intercambiando "buenas prácticas" para salvaguardar "las estrictas leyes comunitarias" en materia de consumo.
Con la aplicación de un arancel a las importaciones de acero y de aluminio, el presidente Donald Trump lleva a la práctica las políticas proteccionistas que defendió durante la campaña electoral. El anuncio no es del todo una sorpresa pero crea una ola de incertidumbre entre los analistas.
El ministro de Comercio chino, Zhong Shan, aseguró hoy que el país asiático no iniciará una guerra comercial con Estados Unidos porque los resultados pueden ser "desastrosos", aunque recordó que defenderá sus intereses ante los nuevos aranceles estadounidenses a las importaciones de acero y aluminio.
Estados Unidos despertó hoy dividida entre la precaución y el aplauso tras la gran puesta en escena del proteccionismo de su presidente, Donald Trump, a pesar del gran rechazo internacional que ha generado la imposición de aranceles al acero y el aluminio.
Aunque hoy la Unión Europea, al igual que algunas capitales, ha mantenido la cautela y evitado la colisión frontal, la comisaria de Comercio, Cecilia Malmström, advirtió de que "la primera opción de la UE siempre es el diálogo pero, llegados a la situación, responderemos".
"Esperamos que toda la UE sea tratada como un bloque comercial, que es lo que somos. Todos los países están en una posición similar, no podemos aceptar que la UE sea dividida en diferentes categorías", dijo Katainen en una rueda de prensa para reaccionar ante la medida estadounidense.
Poco antes, el viceportavoz de la Cancillería, Georg Streiter, había mostrado el rechazo del Gobierno a una medida "ilegal" y adoptada de manera unilateral que, a su juicio, no tiene nada que ver con la seguridad nacional, argumento esgrimido por Trump, sino con la economía.
La tensión entre Pekín y Washington se agravó desde que Trump llegó a la Casa Blanca. China representa una pequeña fracción de las importaciones siderúrgicas estadounidenses pero su gran expansión industrial ha acentuado un exceso global de oferta de acero que generó una baja en los precios.
